Aunque la mayoría de los analistas esperaban esta decisión, el yen y los rendimientos de los bonos locales cayeron, ya que algunos inversores se retractaron de sus apuestas de que el gobernador saliente del banco central, Haruhiko Kuroda, modificaría el control de la curva de rendimientos en su última reunión de política monetaria. Kuroda deja el banco con un legado mixto: su estímulo masivo ha sido elogiado por sacar a la economía de la deflación, pero ha presionado los beneficios de los bancos y distorsionado el funcionamiento del mercado con unos tipos de interés bajos y prolongados.
En su reunión de dos días que concluyó el viernes, el BOJ mantuvo su objetivo de tipos de interés a corto plazo en el -0,1% y el del rendimiento de los bonos a 10 años en torno al 0%. También mantuvo sin cambios la banda fijada en torno al objetivo de rendimiento a 10 años, que permite subir el rendimiento hasta el 0,5%.
El yen bajaba un 0,49% hasta 136,78 frente al dólar, recortando pérdidas tras una caída de hasta el 0,6% ante la ausencia de sorpresas. La rentabilidad de referencia del JGB a 10 años retrocedió bruscamente desde el techo del 0,5% fijado por el BOJ hasta situarse en el 0,445%, mientras que la media del Nikkei perdió brevemente un 1,23% debido a los descensos de las acciones bancarias.
El Banco de Japón mantuvo sin cambios su opinión de que es probable que la economía japonesa se recupere. Pero ofreció una visión más sombría que en enero sobre la producción y las exportaciones al decir que se estaban «moviendo lateralmente» en un guiño a la reciente debilidad de la producción de las fábricas y la demanda exterior. En enero, el banco central dijo que la tendencia de la producción y las exportaciones era de aumento.
Con la inflación por encima de su objetivo del 2%, el Banco de Japón se ha visto obligado a aumentar la compra de bonos para defender el tope del 0,5% fijado para el rendimiento de los bonos a 10 años, a costa de distorsionar la forma de la curva de rendimiento y provocar disfunciones en el mercado de bonos.
Los datos publicados el viernes mostraron que los precios al por mayor de Japón subieron un 8,2% en febrero respecto al año anterior, lo que supone el segundo mes consecutivo de desaceleración interanual y aumenta las posibilidades de que el aumento de la inflación al consumo empiece a moderarse en los próximos meses.