Sin embargo, parece ser que no han encontrado ese resquicio y no solo eso, sino que además han podido comprobar como al contrario que su jefe, que ni pude ni se atreve a salir a la calle para nada, los miembros de la familia real gozan de un predicamento entre los ciudadanos propio de otras monarquías reinantes en el continente europeo y que lo que han logrado con su acoso, es facilitar todo lo contrario de lo que pretendían.
Y es que todo el que repase estos años de gobierno sanchista podrá comprobar con don Pedrito y sus acólitos han hecho todo lo posible porque el rey no fuese nadie, no existiese en la realidad de los españoles. De ahí, los vetos , las prohibiciones, los tics autoritarios, los incumplimientos con los despachos semanales, las esperas y los plantones, los ninguneos, las provocaciones, las ausencias en momentos clave -como la primera visita de la Princesa a Cataluña en pleno acoso separatista-, el afán de sustituirle en los foros y las fotos al jefe del Estado y, lo que es más grave, los indultos y la amnistía a quienes el Rey señaló en su discurso del 3 de octubre de 2017.
Sánchez ha sometido y somete dia a dia a la Corona a unas tensiones extremas porque es la única institución que no ha conseguido asaltar ni doblegar. Pero el Rey ha sido capaz de no caer en ninguna de sus provocaciones, ni siquiera cuando el presidente del Gobierno le ha puesto entre la espada y la pared, presentándole leyes para que las sancione que van contra sus principios más profundos.
Pues bien, a pesar de toda esa presión, Don Felipe ha seguido defendiendo la Constitución, la democracia, la libertad, la independencia judicial, la separación de poderes y el Estado de Derecho. Ha alertado contra el asalto a las instituciones, contra los muros que destrozan la convivencia y contra el intento de demolición de los valores que definen y unen a los españoles.
En este contexto la absurda pero constante insistencia con el debate Monarquía-República del que tanto hablan algunos medios de comunicación y todos los turiferarios que rodean La Moncloa y viven de ella, tiene mucho de artificio puesto que no se percibe ni en las encuestas ni en las calles. Eso si cuatro republicanos alimentados a costa de los españoles tratan de que sea realidad una de las grandes mentiras políticas de este aniversario.
Tal y como se ha demostrado hoy en las calles de Madrid, gracias a un comportamiento ejemplar y un trabajo descomunal hoy España es mas monárquica que hace diez años y probablemente, su contribución a una España futura mejor sea su gran aportación que los errados energúmenos que la persiguen no sean capaces, ni tan siquiera de admitir.