Por ello queremos analizar tanto la situación actual como los potenciales riesgos que esta situación conlleva. Además, vemos que este fenómeno no es un caso aislado y que se replica en muchos índices bursátiles. En el MSCI Europe la capitalización de mercado de las Granolas (los 11 valores más grandes del Eurostoxx) es del 21% del índice, en el SMI suizo Nestlé, Novartis y Roche suponen el 42% del total y en el Ibex 35 nos encontramos que Inditex, Santander, BBVA e Iberdrola superan el 50% del índice.
Los 7 magníficos (Nvidia, Apple, Microsoft, Meta, Tesla, Amazon y Alphabet) representan actualmente el 32% de la capitalización del S&P 500. Esto ha supuesto un crecimiento de doce puntos porcentuales respecto a enero de 2023, o que prácticamente se haya duplicado ese porcentaje desde el 17,4% del año 2020. Poniéndolo en contexto, estas 7 compañías conformarían el segundo mayor mercado bursátil del mundo, siendo su capitalización incluso mayor que la suma de las cuatro bolsas que hoy ocupan del segundo al quinto lugar a nivel mundial. Esto en parte lo justifica el hecho de que en los últimos diez años el peso del beneficio generado por las cinco primeras acciones del S&P 500 haya pasado del 19% al 31% y si computamos las diez primeras ese porcentaje pasó del 32% al 43,4% a cierre de 2023. La otra justificación a ese incremento de pesos es la subida de los múltiplos a los que cotizan esas empresas, otro factor a analizar.
Este fenómeno lo está liderando Nvidia (su revalorización ha sido la responsable directa de más de un 30% de la subida del S&P 500 en 2024 y hoy supera el +16%) y su revolución del mundo de la Inteligencia Artificial (IA) que ha generado unas expectativas de crecimiento para este nicho de mercado incluso superiores a los de la burbuja ¨puntocom¨. La principal diferencia con las puntocom es que los 7 Magníficos, o las Granolas, generan ya unos enormes beneficios que les han permitido crear unos balances extremadamente sólidos que les otorgan una mayor ventaja competitiva. Esta es la circunstancia diferencial que consideramos más relevante para justificar la fortaleza actual del mercado y la que hace pensar que esas valoraciones excepcionales puedan continuar.
Ante este escenario que podemos considerar idílico, nos podemos encontrar con una serie de problemas, o al menos dudas considerables, para que esta dinámica se pueda mantener. Por ejemplo, Apple ha ganado un tercio de los 3 Trn USD de su capitalización bursátil en los dos últimos años gracias a los fortísimos programas de recompra de acciones, ya que el incremento de las ventas y del beneficio ha sido mínimo. Otro factor que debe preocupar es que, en estos momentos, en las bolsas estadounidenses, el 42% de las pequeñas compañías generan pérdidas, a los que se unen un 20% de las empresas de mediana capitalización y un 10% de los componentes del S&P 500.
Lo que parece evidente ante los datos expuestos es que los máximos históricos en los que se encuentran numerosos índices bursátiles y que se han apoyado en muy pocas empresas para lograrlo, no es el mejor de los escenarios para estar totalmente tranquilo, ya que cualquier alteración del status quo actual podría provocar movimientos de cierta magnitud. Pero lo que el mercado parece descontar es que nada va a cambiar la situación actual en el corto plazo.
Uno de los potenciales riesgos que quisiéramos destacar es el hecho de que la IA podría tener un talón de Aquiles a corto plazo, y este no depende de su propia capacidad de innovación tecnológica, ni de que los potenciales usos teóricos puedan no alcanzar los objetivos estimados; el problema está en que para su desarrollo es necesario un enorme consumo de energía. Este es el punto en el que la IA puede chocar frontalmente con los enormes esfuerzos que han estado llevando a cabo los diferentes organismos internacionales y los principales gobiernes de países desarrollados para luchar contra el cambio climático.
La capacidad de generación eléctrica renovable instalada actualmente no es suficiente para atender las necesidades reales del incremento del consumo eléctrico consecuencia del desarrollo de la IA. Se estima que los centros de datos de EE.UU. duplicarán su consumo de electricidad actual en el año 2026. Por lo que parece inevitable la producción de energía eléctrica de origen nuclear y de combustibles fósiles, lo que va claramente contra las medidas adoptadas en materia de emisiones contaminantes en los últimos años.
Desde el punto de vista del inversor queremos destacar que nos hemos encontrado que muchos fondos cuyas temáticas de inversión están teóricamente alejadas de la IA, pero sus índices sí los incluyen, y por lo tanto los fondos cuentan con estas acciones de los 7 magníficos entre sus inversiones, y además en muchos casos con porcentajes significativos. Así pues, a la hora de seleccionar los productos financieros para nuestras carteras de inversión, hemos de analizar cada uno de ellos para no vernos sobreexpuestos a ningún valor.
Estos análisis nos llevan a la conclusión de que en el entorno actual (altas valoraciones de los índices y de las compañías tecnológicas y una macro que parece ir en la buena dirección) si bien se puede perder algo de retorno al no estar totalmente expuestos a los 7 magníficos (megatendencias), la diversificación entre tipos de activos, sectores y geografías nos permiten estar protegidos ante el hipotético caso de una corrección en los valores que lideran el desarrollo de la IA.
Además, existen alternativas adicionales para aumentar la diversificación, pero sin alejarse de la exposición a esta megatendencia, invirtiendo en valores directamente favorecidos por su desarrollo, como puedan ser las redes de transmisión, los productores de energías renovables o los centros de datos.