Así, el índice PMI del sector manufacturero de la eurozona cayó a 45,8 de 47,3, su máxima de 14 meses registrada en mayo. Sin embargo, «nos inclinamos a verlo más como un problema temporal que como una señal de una desaceleración prolongada», dicen en Hamburg Commercial Bank.
Por países, se observaron tendencias más débiles en la mayoría de los sectores manufactureros a nivel nacional. Grecia mantuvo su posición a la cabeza de la clasificación de crecimiento del índice PMI manufacturero, a pesar de que su respectivo índice cayó hasta su nivel más bajo en seis meses. Asimismo, se registraron ritmos de crecimiento más lentos tanto en España como en Países Bajos. El resto de los miembros de la zona euro observaron un empeoramiento de las condiciones industriales al final del segundo trimestre. Excepto en el caso de Italia, los ritmos de contracción fueron más fuertes que en mayo. El sector manufacturero de Alemania volvió a registrar el peor resultado de la zona euro, tal y como ha ocurrido ininterrumpidamente desde febrero pasado.
«Alemania sigue registrando el peor resultado de los países de la zona euro estudiados por la encuesta PMI. A Austria le está yendo casi igual de mal y los fabricantes de Francia e Italia también siguen en territorio de recesión. En cambio, Países Bajos, España y Grecia están experimentando un crecimiento en sus sectores manufactureros. Atribuimos el débil resultado de Alemania a que está más expuesta que la media a la situación de la industria automovilística, que está sufriendo a escala mundial», comentan.
En detalle, al cierre del segundo trimestre, la producción industrial de la zona euro cayó fuertemente y al ritmo más rápido en lo que va de año. La contracción de la producción en junio se produjo en medio de un deterioro más pronunciado de las condiciones de la demanda. Los productores de la zona euro también informaron de una disminución de las ventas a clientes del extranjero y los datos de la última encuesta indicaron la vigésima octava caída mensual consecutiva de los nuevos pedidos de exportación.
La reducción fue marcada y la más pronunciada desde febrero pasado. Los fabricantes de la zona euro disminuyeron sus volúmenes de compra en junio debido a una reducción de las necesidades de producción. De hecho, la disminución de los niveles de compra fue más pronunciada que en mayo y más rápida que las caídas simultáneas observadas tanto en la producción como en los nuevos pedidos. Los stocks de compras continuaron reduciéndose, tal y como ha ocurrido mensualmente desde principios de 2023. El declive registrado en junio fue el más fuerte en lo que va del año. La producción manufacturera se vio parcialmente respaldada por la ejecución de los pedidos acumulados. Los pedidos pendientes de realización disminuyeron en junio, extendiendo la secuencia actual de reducción a poco más de dos años. Los últimos datos de la encuesta indicaron un aumento del exceso de capacidad en las fábricas de la zona euro y en consecuencia el empleo disminuyó por decimotercer mes consecutivo. La tasa de reducción de empleo en las fábricas fue la más rápida en tres meses.
Mientras tanto, los costes de los insumos en las fábricas de la zona euro aumentaron en junio por primera vez en 16 meses. El precio de los productos que salen de las fábricas siguió disminuyendo, aunque la tasa de reducción de los precios cobrados fue sólo marginal y la más débil observada en la secuencia actual de catorce meses de deflación.
Por último, a pesar del deterioro de las condiciones empresariales en general al final del segundo trimestre, la confianza empresarial se mantuvo sin cambios frente a la máxima de 27 meses registrada en mayo. Esto significó que las empresas se mostraron optimistas de cara a los próximos doce meses y el nivel de sentimiento positivo fue superior a la media a largo plazo. Creen que «es bastante deprimente observar que el indicador a futuro de los nuevos pedidos esté cayendo a un ritmo acelerado. Esta caída se produce después de un periodo récord de 25 meses consecutivos de caída de la demanda, con una leve ilusión de que la situación estuviera mejorando en mayo, cuando su índice respectivo mostró algún aumento».
«Esto significa que cualquier recuperación significativa probablemente se pospondrá al menos hasta finales del verano o principios del otoño. Puede ser una buena señal que un número cada vez mayor de empresas hayan podido repercutir parte del aumento de los costes de los insumos a sus clientes. Esto sugiere que existe cierto poder de fijación de precios en el mercado, que normalmente resurge cuando las condiciones comienzan a mejorar”