El crecimiento debería repuntar hasta el 1,3% en 2025 a medida que disminuya la incertidumbre política, pero sigue siendo estructuralmente débil.
Las reacciones de los mercados al anuncio sorpresa de las elecciones generales convocadas para hoy han sido limitadas y no es previsible que el resultado tenga un impacto significativo en las perspectivas económicas. Tras la minicrisis presupuestaria de 2022, los dos principales partidos del país se han comprometido a respetar las normas fiscales vigentes.
La economía británica creció más rápidamente de lo previsto en el primer trimestre y ese impulso se mantendrá en el segundo trimestre. El gasto de los consumidores es el principal motor de la recuperación, con una inflación significativamente más baja que impulsa su poder adquisitivo. La factura energética de los hogares está casi un 20% por debajo de su nivel máximo. El crecimiento de los salarios reales y la mejora de la confianza de los consumidores invitan al optimismo en cuanto a la persistencia del consumo en el segundo semestre.
El componente manufacturero alcanzó su nivel más alto en dos años, lo que sugiere un afianzamiento de la recuperación económica. Sin embargo, la recuperación económica británica seguirá siendo débil, ya que los vientos en contra de una política fiscal restrictiva y las anteriores subidas de los tipos de interés pesan sobre la demanda. Además, los datos más recientes sobre inflación no son suficientemente buenos.
En ese contexto, con el tipo de interés oficial al 5,25%, la aseguradora de crédito prevé que el Banco de Inglaterra acumule un total de recortes de 50 puntos básicos de aquí a finales de año, con la posibilidad de un tercer recorte de 25 puntos básicos. Este podría actuar antes que la Reserva Federal, siguiendo la estela del Banco Central Europeo, el Banco Nacional Suizo o el Riksbank sueco, ya que la situación económica más débil del Reino Unido ha permitido que la rigidez del mercado laboral desaparezca más rápidamente.
Sin embargo, el impacto positivo de la relajación monetaria no se dejará sentir hasta 2025, ya que los pagos de intereses de la deuda aumentan este año por el endurecimiento anterior. Esperamos que el crecimiento del PIB real crezca hasta el 2% a medida que se relaje la política monetaria. El PIB real seguirá por debajo de su potencial debido a limitaciones estructurales como la baja inversión, la escasa productividad y las barreras comerciales creadas por el Brexit.