«Sé que estoy en una disyuntiva difícil. Podemos alcanzar un acuerdo en la mesa del diálogo social y ser tumbado, como casi pasa con la reforma laboral», comentó Díaz.
Durante sus declaraciones a la prensa, la ministra de Trabajo ratificó las bonanzas de una reducción horas de trabajo semanal que plantea llegar a las 37,5 en el 2025. Según sus cálculos, esta medida afectará a 12,5 millones de trabajadores, de los cuales 10,5 millones tienen contrato a tiempo completo y trabajarán menos horas, mientras que los 2 millones restantes verán incrementado su salario.
«No es una variable económica ni una condición de trabajo, es una declaración de principios y un modelo social», defendió al principio de su discurso. En el que resaltó que «la democracia en la empresa solo puede funcionar desde el trabajo digno y seguro». Añadió que «no hay un elemento que aporte más seguridad que recuperar horas de vida, de descanso o para nuestra familia. Lo que mejor define hoy ser libre es disfrutar del tiempo propio».
Díaz insistió en que hay margen para un acuerdo con los empresarios. «Hay avances» sostuvo, tras mencionar que desde enero estaban «en una mesa que no transitaba». Esto después que en la mesa del diálogo social realizada este miércoles, se acordara flexibilizar la incorporación de las empresas a la reducción de jornada con mecanismos que les permitan «adaptarse de manera más paulatina». El secretario de Estado de Trabajo, Pérez Rey expuso su intención de otorgar herramientas que «permitan cierta flexibilidad en el uso del tiempo de trabajo».