Que todo un país esté pendiente de los delitos y golferías de una señora por el mero hecho de que por ser la señora de puede hacer lo que le de la gana no tiene parangón democrático en ninguna parte salvo que hayamos entrado en una dictadura totalitaria en la que el presidente tiene manos libres para hacer lo que quiera y eso en el fondo es lo que empieza a pensarse de esta pareja y su modo de entender el ejercicio del poder.
En pocos años todo el orden constitucional ha sido subvertido y determinadas personas pueden hacer lo que les dé la gana y no son pocas pues la lista se inició con los ex delincuentes del proces, sigue con los prófugos independentistas, continua con los ladrones de los EREs andaluces y terminará con los falsos catedráticos y catedráticas , puesto que el siguiente paso de los próximos días es que alguien, de alguna manera, quite del medio al juez Peinado y la historia de los enriquecimientos de la señora de termine en nada.
Y ¡ojo¡ no hay que dejar al margen de toda esta operación de limpieza de porquerías cometidas por amiguetes y familiares sigue con el hermanisimo de al que de momento todavía le están investigando, y visto lo visto el juez del caso no tendrá mas remedio que olvidarse de las golfearías cometidas en tierras extremeñas por este gran musico, porque de no hacerlo puede terminar en “galeras” y apartado de la carrera, no como otros que medran y medran ocupando puestos clave para que el “cachondeo bolivariano” siga a buen ritmo y esto no pare, no pare.
Y lo peor de todo es la enorme lista de secuaces que le bailan el agua, aplauden sus gracias y critican con chascarrillos de mal gusto cualquier comentario o afirmación que pueda disgustar a la pareja y les impidiera disfrutar de ese Olimpo que se han montado y que en algún momento se derrumbara, arrastrándoles al fango que han creado para su vanagloria.
De momento y si están aplastados por el calor les invitamos a que lean o escuchen al ministro Bolaños, ministro de Justicia y otras cuantas cosas mas, decir una serie de tonterías sobre la señora de que le dejan a uno pasmado, sobre todo si se piensa que este señor manda mucho, mas que cualquier otro ministro o vicepresidente/a de turno.