Será el próximo 9 de septiembre cuando 645 aspirantes empezarán a examinarse de una de las oposiciones más difíciles de toda España, con el fin de conseguir una de las 50 plazas que oferta el Estado.
Los Registradores de la Propiedad son funcionarios públicos, licenciados o graduados en Derecho y cuya función, una vez consiguen plaza, es la de llevar los Registros de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles existentes en España. Se encargan de registrar las escrituras públicas de la compraventa de inmuebles; informar sobre el contenido de los asientos registrales, así como asesorar a los ciudadanos; y gestionar el funcionamiento de la oficina registral y la conservación del Archivo del Registro, para prevenir fraudes.
Según el Colegio de Registradores de la Propiedad, el salario medio anual puede llegar a alcanzar los 200.000 euros.
Las oposiciones exigen, al menos durante siete años, tiempo que suele pasar desde que los candidatos se ponen a estudiar y consiguen sacar una plaza..
El temario se divide en 372 temas: 124 de derecho civil; 82 de derecho hipotecario: 61 de derecho mercantil; 49 de derecho fiscal; 19 de derecho administrativo; 19 de derecho procesal; y 18 de derecho notarial.
La oposición se divide en cuatro exámenes. Los dos primeros son orales, duran una hora cada uno y en ellos se tienen que exponer 10 temas en total. Es decir, cinco en cada prueba. Los otros dos escritos, y en cada uno, los aspirantes tienen seis horas para ejecutar distintos ejercicios prácticos: calificar un documento, redactar un informe en defensa de la nota, hacer una operación de liquidación y registro.