Una vez mas Sánchez se ha salido de su marco de trabajo normal y ha utilizado la cumbre portuguesa para realizar el anuncio cuando ya prácticamente no le queda margen para nada y , cuando además ya todo el mundo da por realizada la crisis y a las ministras salientes las da por amortizadas. Ese es el gran problema de este señorito mal encarado con todo aquello que no es fiel y obediente a sus caprichos. En este sentido, el malestar ante las preguntas que le hacen los periodistas es tan evidente que a don Pedro se le escapan comparaciones que nunca debería realizar como: «hay algo peor en hacer cálculos, que es errar en el cálculo»., puesto que estas ponen de manifiesto su forma de ser: enfermizamente egocéntrico.
Solo el decide lo que es bueno para los españoles, ya que es el único que sabe lo que nos conviene y lo que debemos hacer en todos los aspectos de nuestras vidas. Curiosamente, aunque ya a nadie le sorprende, una vez mas ha utilizado el tiempo de sus respuestas para criticar a los populares, en esta ocasión criticando su posición ante la reforma de las pensiones metiendo en la misma cazuela a populares y empresarios al afirmar que «no se sabe quién marca el paso a quién, pero sintonía y sincronía hay entre ambas terminales, entre la derecha política y la derecha económica”.
Eso si, de las preguntas de temas complejos y complicados que molestan al ocupante de La Moncloa poco o nada se dice o se opina. Son temas que no interesan y se pasa de ellos. Por ejemplo, al preguntarle por la inflación y sus consecuencias el presidente no adelanta ni una sola medida, ni comentario. Aunque la culpa de todo ello no es del Gobierno, sino de la guerra de Ucrania, del cambio climático y del precio de los insumos, como los abonos.
Y así un día y otro sin responder a los problemas de verdad