Según indicó al diario ‘Financial Times’ una fuente familiarizada con la situación, el banco central de EEUU estaría revisando los requisitos de capital y liquidez que fija para las entidades, especialmente en el caso de aquellas con activos entre 100.000 y 250.000 millones de dólares (93.297 y 233.242 millones de euros). Asimismo, la Fed también evaluará las pruebas de estrés que realiza cada año para examinar la capacidad de los prestamistas estadounidenses para hacer frente a escenarios económicos y financieros adversos.
En 2018, el Congreso de EE.UU. revocó partes de la Ley Dodd-Frank, en el mayor esfuerzo de desregulación desde la crisis financiera de 2007-08, para eximir a algunos bancos con activos de hasta 250.000 millones de dólares de las medidas de supervisión más estrictas de la Reserva Federal, incluidas las pruebas de estrés. Asimismo, en 2019, la Fed también aprobó regulaciones más ligeras para todos los bancos excepto los más grandes.