«A principios de este año, parecía que el sector podría salir gradualmente del declive de la producción en el que había estado durante meses, pero las dudas que surgieron en junio se han intensificado debido a una disminución acelerada de la producción en julio», cometan en Hamburg Commercial Bank.
El índice PMI del sector manufacturero de la zona euro fue igual que el observado en junio, al registrar una vez más 45,8. La caída de los nuevos pedidos registró una ligera aceleración, hecho que se viene produciendo desde mayo de 2022. En general, el ritmo de contracción fue el más rápido en tres meses. La actividad de ventas transfronterizas también afectó a la demanda de productos de la zona euro al comienzo del tercer trimestre, tal y como lo ha demostrado otra sólida reducción de los nuevos pedidos de los mercados de exportación.
Para compensar las menores cargas de trabajo, los fabricantes de la zona euro recurrieron más a sus pedidos pendientes como medio para respaldar la producción. Los volúmenes de pedidos por completar se redujeron a un ritmo rápido y fuerte en julio. De hecho, el ritmo de declive fue el más rápido desde febrero pasado. No obstante, los niveles de producción sufrieron la contracción más marcada en lo que va de año hasta la fecha.
El nivel de empleo neto en las fábricas cayó al comienzo del tercer trimestre y la dotación de personal disminuyó al ritmo más rápido desde diciembre de 2023. Dicha caída extendió la secuencia actual de destrucción de empleo a 14 meses.
Esta menor capacidad de dotación de personal coincidió con una caída de la confianza empresarial, la primera vez desde octubre de 2023. En general, las expectativas de producción para los próximos doce meses cayeron hasta su mínima de cuatro meses.
Los fabricantes de la zona euro redujeron sus actividades de compras en julio, aunque en una medida ligeramente menor que en junio. Aun así, el ritmo de declive fue pronunciado. A su vez, los inventarios de insumos se redujeron por decimoctavo mes consecutivo. Los últimos datos de la encuesta indicaron una nueva mejora en el desempeño de los proveedores, aunque el grado en que se acortaron los tiempos de entrega fue el más débil en seis meses.
Por último, los datos revelaron otro aumento mensual de los costes operativos de los fabricantes de la zona euro. La tasa de inflación de los precios de los insumos se aceleró hasta su máxima de un año y medio, pero se mantuvo por debajo de la tendencia a largo plazo. Los precios cobrados por los productos que salen de las fábricas se mantuvieron prácticamente sin cambios desde junio, lo que indica que las empresas se abstuvieron de repercutir el incremento de los costes a sus clientes.
«La débil situación de la demanda ha empeorado aún más desde junio, lo que significa que el aumento de los precios de los insumos no se puede repercutir a los clientes tan fácilmente. Esto implica una reducción de los márgenes de beneficio para las empresas. Si esta tendencia continúa, augura problemas para la inversión y el crecimiento futuro, ya que las empresas probablemente comenzarán a reducir los costes», explican en Hamburg Commercial Bank. Por otro lado, señalan que el Banco Central Europeo podría tener sentimientos contradictorios al respecto: «Es cierto que el aumento de los precios de los insumos podría impulsar la inflación, pero también la caída de los márgenes de beneficio podría ayudar a mantener esa presión inflacionista bajo control».
Consideran que la demanda no se recuperará a corto plazo. «Los nuevos pedidos recibidos, que han caído durante 27 meses consecutivos, disminuyeron aún más rápidamente en julio. Las empresas no parecen tener muchas esperanzas de que las cosas mejoren pronto. De hecho, redujeron sus plantillas a un ritmo más fuerte en julio y su confianza en el crecimiento futuro de la producción ha caído por debajo de la media a largo plazo», dicen.
Por países, la mayoría registraron una disminución del índice en comparación con junio. En Alemania y Francia, las dos economías más grandes del bloque monetario, sus respectivos valores del índice cayeron hasta sus mínimas de tres y seis meses respectivamente.
Grecia y España, que han sido los dos países con el mejor resultado en lo que va de año hasta la fecha, también perdieron impulso de crecimiento. Por su parte, Italia e Irlanda fueron los únicos dos países cubiertos por el estudio que registraron un aumento de sus respectivos índices. «Solo Grecia y España siguen experimentando un crecimiento significativo, aunque incluso en estos países, el impulso se ha desacelerado significativamente. Austria y Alemania muestran la mayor debilidad. La caída generalizada y pronunciada es sorprendente, lo que aumenta la probabilidad de que el sector manufacturero se enfrente a tiempos difíciles en los próximos meses».