En un informe sobre la operación, Moody’s valoró que esta compra mejorará el perfil de riesgo de Iberdrola (Baa1, estable), ya que aumentará su exposición a la actividad regulada en el Reino Unido, donde su filial Scottish Power posee redes de transmisión y distribución. «La adquisición reforzará la predictibilidad de la generación de efectivo de Iberdrola dado el régimen regulatorio bien establecido y transparente y el sólido desempeño operativo de ENW. La adquisición también es consistente con la estrategia de desarrollo de Iberdrola para el período 2024-2026», señaló.
El pasado viernes, Iberdrola acordó la adquisición del 88% de la compañía distribuidora de electricidad ENW por un valor de fondos propios de 2.100 millones de libras (unos 2.500 millones de euros), en una operación cuyo valor total de la compañía por el 100% incluyendo deuda asciende a 5.000 millones de euros.
Una vez consumada la operación, KDM Power Limited, un consorcio liderado por la sociedad japonesa Kansai Electric Power Co, actual socio de ENW Holding, conservará una participación de un 12% en el capital social de ENW Holding. Además, la agencia, que anticipó que Iberdrola se mantendrá «bien posicionada en su categoría de rating», consideró que, aunque la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán no adquirirá el 100% de ENW, se hará con el control total de la compañía inglesa y que cuenta con un «sólido historial de éxito en la integración de adquisiciones». «En línea con su enfoque respecto a otras filiales del grupo, esperamos una mayor integración operativa y financiera con el paso del tiempo», añadió en su informe.
Por su parte, S&P Global prevé que ENW contribuya con 500 millones de euros anuales al Ebitda de Iberdrola, en el que el peso de las actividades reguladas supondrán alrededor del 50%, frente a la horquilla actual de entre el 47% y el 48%. «Creemos que Iberdrola mantendrá la ratio de fondos generados en operaciones (FFO) respecto a la deuda entre el 18% y el 19% en 2025 y 2026, que se sitúa cómodamente por encima de nuestra expectativa del 17% para la calificación BBB+», señalaron los analistas de la agencia.
Asimismo, en su informe S&P vaticinó que Iberdrola gozará de «importantes oportunidades» para lograr eficiencias operativas después de consolidar ENW, ya que esta última controla las redes que flanquean las áreas de las regiones en las que su filial Scottish Power suministra electricidad. Para la agencia, esta compra, además, encaja en la estrategia de la energética de reducir su exposición a jurisdicciones de más riesgo y actividades no reguladas, así como de aumentar su presencia en países como Estados Unidos y el Reino Unido. De hecho, dos terceras partes de los activos de redes de Iberdrola se situarán con la operación en estos países.
Mientras, Fitch también ensalzó la última operación corporativa de Iberdrola, al considerar que el grupo está bien posicionado para financiar la adquisición íntegramente en efectivo, «sacando partido de sus amplias reservas de ‘cash’ y de su margen de maniobra bajo su calificación de BBB+». La agencia de rating estimó que la adquisición del 88% con un desembolso de unos 2.500 millones de euros -el 100% de ENW está valorado en unos 5.000 millones de euros incluyendo su deuda- es «positiva para Iberdrola desde un punto de vista del negocio».