Es decir, es muy probable que tras “matar políticamente” a Puigdemont con el acuerdo ERC/PSC y lograr el nombramiento de Illa, el ocupante de La Moncloa se puede enfrentar al enfado de ERC y el bloqueo inmediato de toda su actividad legislativa y política con los independentistas unidos y deseando echar al español que mas veces les ha engañado y tomado el pelo sobremanera.
En este sentido, el ex presidente socialista Gonzalez ha aclarado que «el preacuerdo tal como lo conozco no cabe en la LOFCA, es contrario al propio congreso del partido, es diametralmente opuesto a lo que decía la propia vicepresidenta que se ocupa de este asunto sólo hace 15 días», y además «no es un pacto de federalización» como dijo Pedro Sánchez, sino que es «un pacto para darle al independentismo soberanía fiscal en los ingresos».
Y lo malo no es eso sino que si se sigue cediendo la consecuencia será el desarme completo del Estado democrático de Derecho que garantiza la igualdad y la solidaridad entre las personas y las regiones. Para el ex presidente»el derecho a la diferencia se hace sin diferencia de derechos», y aunque pueda haber diferencias entre territorios, como en cualquier sistema federal, ninguno puede tener más derechos, por ejemplo en educación o en sanidad. De hecho, sostiene que el compromiso del PSOE es de «federalización» en línea con el modelo alemán, que «en ningún momento plantea» que se pueda acabar con la integridad territorial del país.
En ese sentido, si quieren cambiar el sistema, subraya que no sirve con una modificación de la LOFCA, sino que debe cambiarse la Constitución: «Si quieren hacer de España un Estado confederal que lo hagan. Será el primer paso para que haya una disgregación territorial y para liquidar la solidaridad entre los españoles y esa igualdad de derechos».
En definitiva, todo esto, si es que termina por salir adelante no es otra cosa que la aparición de una nueva España, distinta y distante de la que hoy conocemos y que ha hecho posible unos cuantos años de paz y prosperidad, cosa que podría empezar a ser un deseo imposible de cumplir con el nuevo proyecto puesto sobre la mesa por Sánchez y sus socios.
Porque de eso, y no de otra cosa va esta pelea política