El llamado concierto económico, que desde el PSOE se trata de encajar dentro de una modificación general del régimen común, fue uno de los puntos claves del acuerdo entre ERC y socialistas para desencallar la investidura del dirigente. Y a tenor de lo expuesto por el exministro de Sanidad parece ir más encaminado hacia la singularidad. En su primera comparecencia , Illa destacó que el pacto «es un paso substancial y necesario para el autogobierno» y añadió que el acuerdo alcanzado con ERC y comuns son solamente de investidura y no de gobernabilidad.
El dirigente, eso sí, añadió que esta financiación no debería ir en detrimento de la solidaridad con el resto de territorio. No insistió más en este ámbito debido a las tensiones que genera tanto en las formaciones partidarias del sí y las del no.
El discurso de Illa no tuvo excesivo peso económico en una jornada marcada por la búsqueda de los Mossos d’Esquadra a Puigdemont. El líder socialista defendió la aplicación de la ley de amnistía de forma «rápida». «Quiero expresar mi voluntad y la de mi grupo de que se restablezca íntegramente los derechos de todos los ciudadanos y formaciones, la aplicación de la vigente ley de amnistía», dijo. No obstante, sí tuvo tiempo para destacar su intención de reimpulsar los servicios públicos y buscar una reindustrialización verde del territorio; la «tercera revolución de Cataluña», dijo. Además, señaló que impulsará las infraestructuras puestas en marcha por el anterior Ejecutivo para hacer frente a la sequía, afrontar la crisis de acceso a la vivienda y afrontar el auge de las viviendas turísticas y de temporada.
También hizo referencia a «coser Cataluña de trenes» y anunció que pretende ampliar la plantilla de los Mossos d’Esquadra hasta los 22.000 agentes para el año 2030.