Pocas horas antes, en declaraciones a Rac1, tanto el abogado Boye como el secretario general de Junts, Turull, habían anunciado a bombo y platillo que Puigdemont estaba ya rumbo a Waterloo. «No me creo nada de lo que digan estos señores, no puedo dar crédito a la persona que acompañó en la huida a Puigdemont», ha dicho Sallent.
El comisario jefe ha confirmado que, hasta que no tengan una prueba objetiva de que Puigdemont se encuentra fuera de territorio español, los Mossos seguirán buscándolo para detenerlo. También ha considerado que la policía catalana no sabe cuándo entró Puigdemont en Barcelona, ya que tampoco se fían de los mensajes del entorno del líder independentista que lo sitúan en la capital catalana desde el martes. Tampoco saben dónde se encuentra en estos momentos.
Sallent ha defendido la actuación de los Mossos, y ha señalado como responsables del fracaso en la detención a la rapidez con la que sucedió todo y al «muro humano» que se levantó en torno a Puigdemont tanto a su llegada, rodeado de la cúpula de Junts, como a su salida.
Sallent ha explicado que Puigdemont y Turull salieron por detrás del escenario, «se pusieron unos gorros» y subieron a un coche, en el que huyeron y, tras una persecución por las calles de Barcelona, desaparecieron. «No hicimos el ridículo», ha insistido el comisario, aunque ha reconocido el fracaso del dispositivo para detener a Puigdemont.
Visiblemente enervado, Sallent ha confesado que «creíamos honestamente que habría una marcha hacia el Parlament», y que no pensaban que huyera. También ha comparado al expresidente con el espontáneo Jimmy Jump. «Nosotros aún nos creemos un mínimo las instituciones», ha afeado.