La oferta de «turismo marinero» y «pescaturismo» se ha expandido en las costas, según han declarado fuentes de las plataformas y de las consultoras dedicadas a estas actividades. Las empresas implicadas notan también un incremento significativo de los turistas, una mayor aceptación entre los viajeros nacionales y más demanda por parte de los visitantes extranjeros, de Europa y de Estados Unidos. El auge también afecta a la habilitación de lonjas para organizar visitas guiadas, lo que incluye la apertura de restaurantes.
El «pescaturismo» consiste en enrolar a turistas que se adaptan a las salidas de la flota o del marisqueo, y el «turismo marinero» abarca actividades, rutas o catas a medida del visitante. En L’Ametlla de Mar (Tarragona), por ejemplo, el grupo atunero Balfegó ofrece desde 2012 el Tuna Tour, que permite a los turistas nadar con atunes y este año espera recibir 22.000 visitantes. Las excursiones de «pescaturismo» o turismo marinero en Galicia son las que más movimiento registran este verano, según el director de la plataforma de reservas digitales y consultora Pescaturismo, pero ya se han incorporado a esta moda proyectos vascos, que «están cogiendo mucha fuerza, con el apoyo del Gobierno autonómico». En concreto, ya hay tres pesqueros vascos con autorización para ejercer esa actividad turística y otros dos en trámite, con el impulso de las cofradías y de Opegui (organización de productores de pesca de bajura de Guipúzcoa) y el Grupo de Acción Local Pesquera (GALP).
La plataforma Pescaturismo registró 5.000 excursiones y 2.000 turistas en 2023 en todo el litoral y este año espera un crecimiento notable. En Galicia hay visitas a la cría de mejillones, los turistas conocen la pesca del pulpo, se desarrollan excursiones en puntos como Baiona (Pontevedra) y tienen éxito las jornadas con mariscadoras, en la playa de Cambados, Carril o Redondela, según la plataforma. Al desarrollarse la actividad en las rías el tiempo ha permitido más excursiones que en otras zonas como Baleares, donde este turismo se ha visto condicionado por el clima.
En Andalucía, fuentes de La Mar Consultoras, empresa unida a Turismo Marinero Costa del Sol de Estepona (Málaga) -que enseña a los turistas cómo es la pesca mediterránea- han detallado que la temporada de visitas se ha adelantado y comenzó en mayo. Han destacado también la incorporación al proyecto «Rumbo en azul» para la diversificación turística pesquera, que ya es realidad en la Cooperativa de pescadores de San Cristóbal (Gran Canaria) y con incorporación de nuevos destinos de Cantabria.
En Canarias, el Ejecutivo del archipiélago ha creado también el primer club de producto turístico, cuyo fin es desarrollar el turismo marinero. Martínez ha señalado que el crecimiento del pescaturismo tiene un «hándicap»: «Depende de la disposición de las Capitanías marítimas locales» para facilitar los permisos correspondientes que necesita un pescador. En cualquier caso, defiende la rentabilidad de esta actividad para los pescadores cuando no están faenando, porque hay alguno, asegura, que en un verano puede llegar a obtener unos 3.000 euros extra.
Por otra parte, Martínez ha detallado la tendencia de las lonjas a remodelar sus instalaciones y a promover visitas a los puertos, como la de Villajoyosa (Alicante). En Burela (Lugo), puerto de referencia español en la pesca del bonito, se puede asistir a la subasta, que combina la tradición de la puja oral y la automatización, y conocer las conserveras artesanales.
Los viajeros que practican el «turismo marinero» o pescaturismo son en gran parte extranjeros, del Reino Unido, Alemania y de Francia, además de belgas, holandeses y escandinavos. Martínez ha resaltado los clientes de Estados Unidos, porque su perfil es el de un americano que viene a Europa, pasa «tres o cuatro días en España» y de ellos quiere dedicar «uno entero» a vivir una jornada de pesca (con frecuencia en Galicia).
En el «Tuna Tour» de Balfegó un 83% de sus visitantes son españoles, la mayoría de Barcelona, Tarragona, Madrid, Valencia, Lérida, Zaragoza y Castellón.