«El progreso en la reducción de la inflación durante mayo y junio es un avance positivo, pero la inflación todavía está incómodamente por encima del objetivo del 2% del Comité», comentó este sábado en un encuentro empresarial.
«A pesar de los buenos informes de datos recientes, la inflación del PCE básico promedió un 3,4% anualizado durante la primera mitad del año. Y dado que las restricciones de la oferta ahora se han normalizado en gran medida, no confío en que la inflación disminuya de la misma manera que en la segunda mitad del año pasado», ha añadido. Más importante aún, los precios siguen siendo mucho más altos que antes de la pandemia, lo que sigue afectando la confianza del consumidor. La inflación ha afectado más duramente a los hogares de bajos ingresos, ya que los aumentos de precios de los alimentos, la energía y los servicios de vivienda superaron con creces la inflación general en los últimos años», ha remarcado.
Su perspectiva «de base es que la inflación seguirá disminuyendo con la postura actual de la política monetaria». En este sentido, Bowman ha indicado que «si los datos entrantes siguen mostrando que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia nuestra meta del 2%, será apropiado reducir gradualmente la tasa de los fondos federales para evitar que la política monetaria se vuelva demasiado restrictiva para la actividad económica y el empleo». No obstante, ha precisado que «debemos ser pacientes y evitar socavar el progreso continuo en la reducción de la inflación reaccionando exageradamente a un solo puñado de datos. En cambio, debemos considerar los datos en su totalidad a medida que los riesgos para los mandatos del Comité en materia de empleo y estabilidad de precios continúan equilibrándose. Dicho esto, todavía veo algunos riesgos al alza para la inflación».
Por ello, ha explicado que «a la luz de los riesgos al alza para la inflación y la incertidumbre sobre las condiciones del mercado laboral y las perspectivas económicas, seguiré observando de cerca los datos mientras evalúo la trayectoria adecuada de la política monetaria».
Su conclusión es que «para cuando llegue nuestra reunión de septiembre, habremos visto una serie de datos e información económica adicional, incluidos un informe sobre empleo y dos sobre inflación. También tendremos una visión más amplia de cómo la evolución de las condiciones financieras en general podría influir en las perspectivas económicas. En particular, los precios de las acciones han sido volátiles recientemente, pero siguen siendo más altos que a fines del año pasado». Por ello, ha concluido que «con algunos riesgos al alza para la inflación, sigo viendo la necesidad de prestar mucha atención al aspecto de estabilidad de precios de nuestro mandato, al tiempo que observamos los riesgos de un debilitamiento material en el mercado laboral. Mi opinión sigue siendo que restablecer la estabilidad de precios es esencial para lograr el máximo empleo en el largo plazo».