Bajo su punto de vista, «el problema» de la financiación singular para Cataluña radica en las competencias que pasarán a formar parte de la Generalitat de manera «unilateral». «Responsabilidades que la Constitución atribuye al Estado central se han transferido unilateralmente a la Generalitat», ha alertado.
Es más, el también economista ha advertido de que, además de la legislación y la recaudación del IRPF, también se ha transferido la «parte de la solidaridad»: «Es responsabilidad del Estado decidir quién pone y a dónde va los recursos para garantizar esa igualdad y aquí ahora de repente hay una parte que tenemos que negociar con la Generalitat catalana y con nadie más de momento».
Sevilla ha coincidido con el exministro de Exteriores Josep Borrell en definir este acuerdo fiscal como un «concierto económico», a la vez que ha negado que Cataluña esté infrafinanciada como sí pueden estarlo la Comunidad Valenciana o Murcia. En este contexto, ha lamentado que no se «ha combatido» lo suficiente el lema de «España nos roba», argumentando que los datos demuestran que no es así.
En cuanto al concepto de ordinalidad, que está en el Estatuto de Autonomía de cuyas negociaciones formo parte él mismo, Jordi Sevilla ha dicho que «es una limitación unilateral». «Tú puedes estar o no de acuerdo con el criterio de si soy la cuarta en aportar y la quinta, puedes estar o no de acuerdo, pero eso no lo decides tú, lo decide el Parlamento de España. Eso es competencia del Estado central, y por tanto la batalla la tienes que dar ahí», ha proclamado Sevilla.
Por último, el exministro ha dicho que este acuerdo «forma parte de la rebelión de los ricos»: «Es decir, la gente que dice no quiero pagar más impuestos y quiero saber a los impuestos que yo pago, a quién van y cómo se dan. Tengo dudas de que las políticas de redistribución se estén haciendo bien y, oye, ya que yo soy el dueño del dinero, quiero controlar, primero pagar menos y, segundo, controlar a dónde van».