El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha participado en el VII Foro de Banca de El Economista, y en él ha hablado en parte sobre la economía española. Aunque por su cargo no comenta en principio sobre economías nacionales, al ser preguntado sobre ello, ha querido dejar claro, en primer lugar, que «la economía española está creciendo claramente sobre la media europea». A renglón seguido ha dicho: «La cuestión es qué está llevando a ello: un aumento muy notable del consumo público, de la exportación de servicios y de la población».
Como consecuencia, ha señalado que se produce «una cierta contradicción: el crecimiento del PIB per cápita (en España) es mucho más moderado por el aumento de la población». Al mismo tiempo, ha llamado la atención sobre que el consumo y la inversión no se han recuperado en nuestro país, y que «los fondos europeos Next Generation deberían ayudar» en esta línea.
De Guindos ha hablado también sobre el problema de la deuda. Sin citar a España, ha señalado que los países que peor están en este terreno tendrán que presentar un proceso de reducción de esta deuda («de consolidación») razonable. En esta línea, y como paralelismo, De Guindos ha recordado que la ex primera ministra inglesa Liz Truss presentó un plan que los mercados no vieron viable y se produjo una intervención.
La liquidez que hasta ahora ha disfrutado la banca española gracias a las inyecciones de capital masivas del BCE, entre otras razones, se está reduciendo «con rapidez» a medida que finalizan estos programas instaurados durante la covid, por lo que los bancos tendrán que competir entre ellos para captar fondos, previsiblemente mejorando la remuneración de los depósitos. Así lo ha explicado de Guindos, recordando que los bancos tienen «muchísima liquidez» y no necesitan captarla. Pero eso cambiará a partir de enero de 2025, puesto que el BCE -que ya dejó de comprar deuda pública de los países del área- también dejará de reinvertir los intereses, lo que reducirá el balance de la entidad en unos 40.000 millones de euros mensuales y eso repercutirá en la liquidez del mercado.
De Guindos también ha hecho un nuevo llamamiento a las uniones bancarias transnacionales entre los países europeos como la mejor forma de competir en el escenario internacional.
También ha insistido en que el BCE seguirá bajando los tipos de interés en la zona del euro tal como hizo en la reunión del pasado jueves -en la que debutó José Luis Escrivá- pero no hay «una senda predeterminada» ni una hoja de ruta con fechas concretas. De lo que sí se ha mostrado seguro es de que la inflación en la zonas del euro -que marca la política monetaria que se decide en Fráncfort- estará «claramente» en el 2 % a finales de 2025, es decir, en el nivel que debe estar, según el mandato del BCE. Sobre los aranceles a los coches chinos, ha advertido de que «cuando un Gobierno impone un arancel, los productores locales se ponen muy contentos», pero el país afectado reacciona inmediatamente y se puede desatar una guerra comercial, algo «muy negativo para la economía mundial» y que puede generar tensiones inflacionistas.
Asimismo, preguntado por el reciente nombramiento del ex ministro Escrivá como gobernador del Banco de España, De Guindos se ha limitado a recordar que el nombramiento «es una prerrogativa del presidente del Gobierno». Y sobre la falta de acuerdo que ha habido en esta ocasión con la oposición para elegir al subgobernador/a, ha dejado claro que el pacto «de caballeros, no escrito» que ha funcionado hasta ahora era un buen pacto.»Yo creo que había un pacto, un pacto que era bueno, es decir, un pacto de caballeros, no escrito, y que era bueno desde el punto de vista del entramado institucional del país».