En particular, la tasa de crecimiento prevista para este año se eleva en 0,5 puntos porcentuales frente a las anteriores proyecciones de junio. De cara a 2025 y 2026, aumenta en 0,3 y 0,2 puntos porcentuales, respectivamente. Según se detalla en las proyecciones macroeconómicas de septiembre del Banco de España, a lo largo del período 2024-2026 el crecimiento económico estará basado en el dinamismo de la demanda interna. En este período, el consumo privado será el componente con una mayor aportación al avance del PIB, fruto de una evolución favorable del empleo, los salarios y la inflación, así como del aumento de la población y de la recuperación paulatina de la confianza de las familias. En concreto, el mayor crecimiento esperado para 2024 es resultado de la confluencia de dos factores. En primer lugar, la nueva información disponible incorpora una revisión al alza de las tasas de crecimiento del PIB en los dos últimos trimestres de 2023 y en el primer trimestre de 2024. Asimismo, los datos publicados a finales de julio apuntaron a un dinamismo de la actividad en el segundo trimestre de 2024 más acusado de lo esperado en el ejercicio de proyecciones de junio.
En segundo lugar, las perspectivas relativas a la evolución del sector exterior en la segunda mitad del año son ahora algo más favorables que en junio.
Por su parte, la revisión al alza del crecimiento previsto para 2025 y 2026 se debe, principalmente, también a dos factores. Por un lado, los nuevos supuestos técnicos contemplan unos tipos de interés en el futuro más reducidos que los anticipados en junio y, por tanto, acarrean unas condiciones financieras más favorables para el dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de proyección.
Por otro lado, se contempla una aportación de la demanda externa neta al avance del PIB ligeramente por encima de la prevista anteriormente, debido tanto a un dinamismo de las exportaciones de servicios turísticos algo superior al esperado en junio como a un menor incremento de las importaciones.
Respecto a la evolución de los precios, el Banco de España vaticinan que la inflación general se mantendrá en torno a los niveles actuales, o ligeramente por encima, en el tramo final de este año y a comienzos de 2025 y retomará su senda de desaceleración a partir de entonces. Así, el organismo revisa ligeramente a la baja la previsión para 2024, hasta el 2,9%, y al alza la de 2025, hasta el 2,1%. En ambos casos, la diferencia es de 0,1 puntos porcentuales en comparación con junio. Para 2026, la proyección no experimenta cambios y permanece en el 1,8%.
Como explican, en 2024, el cambio responde, fundamentalmente, a la menor contribución al avance de los precios que se espera ahora por parte del componente alimenticio y energético, aspecto que se ve parcialmente compensado por una revisión al alza de la inflación subyacente.
Para 2025, la inflación general se revisa al alza como consecuencia de una tasa de inflación subyacente en ese año algo superior a la prevista en junio y por la reversión completa, en dicho ejercicio, de la reducción del IVA de los alimentos esenciales.
De su lado, calculan que la inflación subyacente se reducirá hasta el 2,8% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026. Entre los factores que explican dicha evolución destacaría la moderación prevista en el ritmo de avance de la demanda y de los costes de producción a lo largo del horizonte de proyección. En sentido contrario, la eliminación de los descuentos vigentes en el transporte público, prevista para principios de 2025, presionará al alza la tasa de inflación subyacente en dicho ejercicio, comentan.
En lo referente al mercado laboral, el Banco de España ve que la creación de empleo se prolongará a lo largo del horizonte de proyección, aunque a un ritmo inferior al de los últimos trimestres, y que la tasa de desempleo mantendrá una senda descendente en los próximos años.
No obstante, la intensidad con la que la tasa de paro seguirá disminuyendo se verá limitada por la moderación proyectada en el ritmo de creación de empleo y por el notable dinamismo previsto para la población activa.
Como resultado, estiman la tasa de paro de la economía española permanecerá aún cercana al 11% en 2026. Sobre la creación de empleo, se prevé que aumente un 1,8% en 2024, un 1,7% en 2025 y un 1,1% en 2026.