Considera que, en ausencia de novedades importantes, sigue siendo adecuado adoptar un enfoque gradual para eliminar las restricciones de la política monetaria. La pausa viene después de que el organismo decidiera en agosto llevar a cabo un recorte de los tipos de interés de 25 puntos básicos, lo que supuso la primera bajada desde 2020.
«La política monetaria tendrá que seguir siendo restrictiva durante un tiempo suficiente hasta que se hayan disipado aún más los riesgos de que la inflación vuelva de manera sostenible al objetivo del 2% a medio plazo», ha señalado el Comité de Política Monetaria del organismo británico.
Asegura que continúa vigilando de cerca los riesgos de persistencia de la inflación y decidirá el grado adecuado de restricción de la política monetaria en cada reunión. En concreto, ocho miembros se mostraron partidarios de mantener el tipo de interés bancario en el 5% en esta reunión, mientras que un miembro se mostró a favor de una reducción de 25 puntos básicos. Como explican en el comunicado, la decisión se ha tomado tras analizar una serie de casos, a los que se pueden atribuir diferentes probabilidades y diferentes riesgos.
En el primer caso, la corrección de los shocks globales que impulsaron la inflación y la consiguiente caída de la inflación general deberían seguir transmitiéndose a una dinámica más débil de los salarios y de la fijación de precios. «La persistencia de las presiones inflacionarias se disiparía con una postura menos restrictiva de la política monetaria que en otros casos».
En segundo lugar, puede ser necesario un período de holgura económica, en el que el PIB caiga por debajo del potencial y el mercado laboral se relaje aún más, para que la dinámica de los salarios y la fijación de precios se normalice por completo. «Se esperaría entonces que la persistencia inflacionaria interna desaparezca, debido a la apertura de la holgura a partir de una postura más restrictiva de la política monetaria en relación con el primer caso».
En tercer caso, la economía podría verse sujeta a cambios estructurales. «El grado de restricción de la política monetaria podría ser menor que el reflejado en la última evaluación del Comité, lo que significa que la política monetaria tendría que seguir siendo más restrictiva durante más tiempo», señalan.
Por otro lado, el BoE ha acordado por unanimidad reducir el stock de compras de bonos del Gobierno de Reino Unido realizadas con fines de política monetaria y financiadas mediante la emisión de reservas del banco central en 100.000 millones de libras durante los próximos 12 meses, hasta un total de 558.000 millones de libras.