Según datos oficiales, desde que a mediados de agosto se reglamentó el blanqueo y hasta el pasado 17 de septiembre los depósitos bancarios en dólares aumentaron en unos 4.000 millones de dólares. Así, los depósitos en moneda extranjera en las entidades financieras se elevaron a 24.561 millones de dólares, su nivel más alto en cinco años.
El ingreso de dólares a las cuentas bancarias especiales creadas para el blanqueo va creciendo a medida que se acerca el 30 de septiembre, la fecha límite para declarar sin penalidades hasta 100.000 dólares.
Según cálculos de la firma Adcap, los depósitos privados en dólares se incrementaron en 4.135 millones desde que se reglamentó el régimen y esa cifra podría llegar a los 5.850 millones para finales de este mes. Aunque el blanqueo alcanza a todo tipo de activos no declarados, el Gobierno apunta en buena medida a los 257.857 millones de dólares que, según datos oficiales, los argentinos atesoran fuera del sistema financiero local.
Son los ‘dólares bajo el colchón’, como se llama coloquialmente en Argentina al ahorro en moneda estadounidense guardado en los hogares, en cajas fuerte o en cuentas en el exterior no declaradas.
El enorme volumen de estos ‘dólares bajo el colchón’ se explica por una combinación de factores que incluyen los resabios de desconfianza de los argentinos en el sistema financiero tras la crisis de 2001, por el ‘corralito’ que dejó atrapados en los bancos los ahorros de miles de ciudadanos. También inciden factores histórico-culturales que han consolidado a lo largo de los años la práctica usual de los argentinos de comprar dólares con lo poco que puedan ahorrar para cubrirse de la persistente y elevada inflación en Argentina, donde la expresión ‘el que apuesta al dólar, no pierde’ se traspasa como herencia de generación en generación. Y la fuerte presión tributaria en Argentina también explica en buena medida el atesoramiento de dólares sin declarar.
«El blanqueo es una oportunidad histórica con la que se benefician todos. Se beneficia el que regulariza porque ya no tiene que estar escondido y se benefician las empresas porque va a haber crédito barato», destacó el viernes pasado el ministro de Economía, Luis Caputo.
Gracias a un mayor saldo de dinero a prestar, los créditos bancarios en dólares crecieron en 584 millones de dólares desde mediados de agosto, a 7.202 millones.
El ingreso de dólares al sistema aún no ha impactado en el nivel de reservas monetarias del Banco Central. Según datos oficiales, las reservas brutas cerraron el viernes pasado en 27.263 millones de dólares, pero, de acuerdo a cálculos privados, las reservas netas de libre disponibilidad siguen siendo negativas (-5.500 millones de dólares), representando uno de los mayores problemas de la economía argentina