Los principales impulsores serán, en primer lugar, la continua fortaleza del turismo, así como, en segundo lugar, el consumo privado respaldado por un mercado laboral sólido y, en tercer lugar, la inversión, principalmente en vivienda, que se beneficia de una reducción de los tipos de interés y de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea (UE). Así lo apuntan desde Rabobank, donde destacan que el éxito reciente de la economía española ha estado impulsado, en gran medida, por el auge de las exportaciones de servicios: «En general, han tenido un buen desempeño, sobre todo debido a una mayor diversificación geográfica y una mejor competitividad, pero el sector turístico es el que más está prosperando».
De hecho, el turismo representa más del 13% del PIB y se están batiendo récord tras récord. «Mientras que el gran contenido turístico de la economía la llevó a sufrir más que otros grandes estados miembros durante la pandemia y a recuperarse mucho más lentamente, ha sido el factor que ha impulsado el desempeño superior de España en los últimos dos años», señalan. Y creen que aún hay margen para un crecimiento superior al habitual en el futuro. No obstante, esperan que el impulso de las exportaciones del turismo se atenúe, por lo que «el consumo y la inversión determinarán cada vez más el ritmo de crecimiento».
«El consumo debería estar respaldado por el crecimiento de la renta real disponible de los hogares, gracias al crecimiento del empleo y de los salarios, y a una reducción de la inflación», aunque no prevén un impulso significativo del crecimiento trimestral del consumo.
Mientras tanto, el crecimiento del empleo sigue siendo decente, pero se está desacelerando. «Esperamos que el empleo siga creciendo en los próximos trimestres, aunque a un ritmo más lento que en los últimos años, en consonancia con el menor crecimiento de la actividad», dicen. Además, a diferencia de lo que ocurre en otros países de la zona euro, el acaparamiento de mano de obra en España no es especialmente elevado en un contexto histórico y, por tanto, «es poco probable que actúe como un lastre importante para el crecimiento del empleo cuando la actividad repunte», añaden.
En este contexto, estiman que la renta disponible real debería seguir creciendo, «pero es probable que el crecimiento se desacelere».
Por último, en cuanto a la inversión en vivienda, consideran que se verá respaldada por unos tipos de interés más bajos. «La debilidad de la demanda de hipotecas y de las transacciones de vivienda, entre otras, ya tocó fondo a finales de 2023, y la recuperación sin duda tiene margen para seguir avanzando». Por su parte, la inversión empresarial probablemente se beneficiará un poco más en el futuro, «aunque la demanda de bienes probablemente tendrá que mejorar primero antes de que la inversión en la industria pueda realmente despegar».
A esto se suma la llegada de más fondos de recuperación de la UE este año, en 2025 y en 2026, «lo que impulsará la inversión». Actualmente se estima que los montos de los fondos de recuperación alcanzarán alrededor del 1% del PIB desde este año hasta 2026, frente al 0,7% del PIB del año pasado.
Con este escenario, los expertos de Rabobank proyectan que el crecimiento económico de España se moderará un poco en el futuro, ya que se prevé que el crecimiento del sector turístico pierda algo de fuerza. Sin embargo, se espera que el PIB se mantenga fuerte. «En conjunto, las perspectivas para España siguen siendo buenas, pero es probable que el crecimiento del PIB se modere del 2,7% este año al 1,9% el año que viene y al 1,5% en 2026», calculan. Unas perspectivas que son mejores que las de la eurozona, donde se proyecta que crecerá un 0,7% en 2024, un 1,3% en 2025 y un 1,2% en 2026. «En comparación con otros países de la eurozona, España se beneficia relativamente más de los fondos de recuperación de la UE y del auge del turismo, mientras que sufre menos la debilidad industrial. Además, su potencial de crecimiento a corto y medio plazo es mayor que, por ejemplo, en Alemania e Italia, gracias a una mejor demografía», explican.
En cuanto a la inflación, proyectan que caerá del 3,2% este año al 2,6% en 2025 y al 2,4% en 2026