Para 2030, el consumo mundial de crudo se elevará en 11,1 millones de barriles diarios hasta alcanzar un promedio de 113,3 millones por día, lo que representa 1,3 millones más por día que en la previsión del año pasado, que ya había aumentado las estimaciones respecto al año anterior.
La OPEP también espera que la demanda de petróleo se sitúe en los 118,9 millones de barriles diarios (bpd) en 2045, alrededor de 2,9 millones de bpd más de lo previsto en el informe de 2023. El documento recoge sus previsiones hasta 2050, momento en el que estima que la demanda llegue a 120,1 millones de bpd. La organización ha explicado que su «perspectiva cada vez más optimista» refleja que, a la luz del shock energético de 2022, las economías avanzadas están reevaluando la transición desde los combustibles fósiles al tiempo que reconocen «la necesidad de seguridad energética». Del mismo modo, las naciones en desarrollo están presionando para tener acceso a combustibles asequibles.
Además, el cartel ha subrayado que India será el mayor contribuyente al crecimiento, con 8 millones de barriles diarios en 2050, más del triple del aumento proyectado para China. Los productos petroquímicos, el transporte por carretera y la aviación impulsarán la expansión global y, en 2050, los automóviles con motores de combustión interna seguirán constituyendo más del 70% del parque automotor.
Por otro lado, la OPEP señala que habrá más resistencia a los objetivos «ambiciosos» de energía limpia y ha citado los planes de varios fabricantes de automóviles mundiales de reducir los objetivos de electrificación. «No hay un pico de demanda de petróleo en el horizonte», escribe el secretario general de la organización, Haitham Al Ghais, en el prólogo del informe.