A pesar del optimismo mostrado por las pymes en cuanto a la creación de empleo, ventas e inversiones, el informe pone de relieve la necesidad de implementar una serie de medidas para mejorar su competitividad.
Entre las principales propuestas destacan la reducción de la burocracia, el incremento de la seguridad jurídica, el fomento de los oficios, la adecuación del sistema educativo a las necesidades de las pymes, así como la concesión de ayudas a la contratación, la flexibilización de la legislación laboral y, especialmente, la rebaja de los elevados costes laborales que caracterizan a nuestro país.
Uno de los aspectos más preocupantes para las pymes es la dificultad para cubrir puestos de trabajo, lo cual se debe, según el informe, a tres factores clave: la escasez de oferta de candidatos cualificados, la falta de motivación entre los aspirantes y los mencionados altos costes laborales. Frente a esta situación, los responsables de las pymes solicitan a las administraciones públicas la adopción de medidas concretas para mejorar la gestión de los recursos humanos. Entre las más importantes figuran el fomento de los oficios, la promoción de la cultura del esfuerzo, una mayor adecuación del sistema educativo a las demandas formativas de las pymes, el establecimiento de ayudas para la contratación y, de forma prioritaria para las micro y pequeñas empresas, la flexibilización de la normativa laboral. El presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, ha destacado que las pymes que logren contar con equipos adecuados podrán mejorar su competitividad a través de la innovación, productividad y adaptación a un entorno cada vez más desafiante.
Por su parte los coordinadores del informe, Marín, Meroño y Somohano, señalaron que el valor del estudio radica en su base empírica, señalan que la mayor dificultad para las pymes radica en la contratación de personal técnico y de oficios, lo que demanda una respuesta urgente por parte de las administraciones para asegurar su viabilidad y competitividad en el futuro. Marín, como jefe del Servicio de Estudios del CGE, insistió en que es crucial que los responsables públicos y representantes sectoriales atiendan las quejas recurrentes de las pymes sobre los costes laborales, los cuales suponen un obstáculo no solo para su competitividad, sino también para su supervivencia.
Los datos positivos del informe destacan que el 32,7% de las pymes prevé un aumento en sus plantillas durante el año 2024, mientras que el 61,2% estima que mantendrá los niveles actuales de empleo y únicamente un 6,1% cree que se verá obligada a reducirlos. En cuanto a las expectativas de ventas, el 53,9% de las pequeñas y medianas empresas espera un incremento a lo largo del año, un 36,3% confía en mantenerlas estables y solo un 9,7% anticipa una disminución. Respecto a las inversiones, el 36,5% de las pymes tiene la intención de incrementarlas, un 60,5% estima mantenerlas sin cambios, y apenas un 3% prevé reducirlas.
Sin embargo, las pymes señalan la existencia de barreras que afectan su capacidad competitiva y dificultan el desarrollo de su actividad empresarial. Entre estos obstáculos destacan la pesada carga burocrática y las múltiples obligaciones legales, así como la inestabilidad política y la falta de seguridad jurídica, factores que limitan sus posibilidades de crecimiento.
Ante estos retos, los responsables de las pymes han solicitado a las autoridades públicas la implementación de varias medidas que consideran fundamentales para mejorar la gestión del capital humano. Entre sus demandas se encuentran el impulso de los oficios, la promoción de una cultura basada en el esfuerzo, una mayor adaptación del sistema educativo a las necesidades específicas de las pymes, así como la creación de incentivos para la contratación. Además, subrayan la necesidad de flexibilizar la normativa laboral, una solicitud que es especialmente prioritaria para las micro y pequeñas empresas, que se ven particularmente afectadas por las rigideces del actual marco regulatorio. En cuanto al desafío de encontrar profesionales adecuados, las pymes declaran que ha aumentado significativamente en los últimos diez años, afectando actualmente al 62% de las empresas. Las dificultades están relacionadas tanto con la falta de preparación y compromiso de los candidatos como con sus demandas laborales, que muchas veces son inasumibles en términos de salarios, horarios, teletrabajo y estabilidad. Para hacer frente a estos retos, el 81% de las pymes opta por la formación interna de trabajadores y directivos como su principal estrategia de desarrollo de talento. Externamente, la mayoría de las empresas recurren a búsquedas externas (56,3%), seguido de la firma de convenios institucionales (40,6%) y la subcontratación de talento (39,6%).
El Informe Pyme 2024 también señala la notable falta de representación femenina en los puestos de alta dirección, ya que solo el 19% de las pymes están lideradas por mujeres. Este dato refleja una brecha significativa en cuanto a igualdad de género en los cargos más altos de decisión. Por otro lado, resalta un problema que ha ido en aumento en la última década: la escasez de personal cualificado. Mientras que hace diez años solo el 3% de las pymes enfrentaba dificultades para encontrar empleados con las competencias necesarias, hoy esa cifra se ha disparado al 62%. Esta situación afecta gravemente a la capacidad de las empresas para competir y crecer en un entorno laboral cada vez más exigente.
En cuanto a la dirección, las mujeres solo ocupan el 19% de los puestos de liderazgo, con una mayor representación en microempresas (23%) y en el sector de servicios (24%). A nivel de equipos directivos, la presencia femenina asciende al 32%, aunque el 43% de las empresas carecen completamente de mujeres en su cúpula.
El documento atribuye esta dificultad para atraer, retener y gestionar el talento a varios factores, entre los que destacan la falta de preparación adecuada y el escaso compromiso por parte de los candidatos. Además, las pymes se enfrentan a demandas laborales que consideran difíciles de cumplir, como salarios elevados, condiciones flexibles de horarios, teletrabajo y estabilidad contractual, lo que agrava aún más la situación.
El estudio también ha abordado cuál es la antigüedad de las pymes españolas. La edad media es de 24 años, siendo mayor en las empresas familiares (27 años) frente a las no familiares (20 años). El 40% de estas empresas tiene más de 25 años de trayectoria. Además, el 66% de las pymes son familiares, con una mayor concentración en sectores como el comercio (76,7%) e industria (75%), mientras que en el sector servicios este porcentaje es menor (58,4%).
Respecto a la continuidad de las empresas, el 31,8% planea una transmisión generacional, mientras que un 27,2% estudia la posibilidad de venta. Otras opciones incluyen la incorporación de nuevos directivos (15,4%) o socios (12,9%), y un 9,6% considera el cierre definitivo.
Por otro lado, se revela una notable mejoría en los resultados de las pymes en 2024 respecto al año anterior. En cuanto a innovación de productos, el 64,9% de las empresas introdujo cambios o mejoras en sus productos o servicios, frente al 47,7% en 2023. Asimismo, el 47,6% comercializó nuevos productos, un avance respecto al 39,5% del año pasado.
La innovación en procesos también registró un importante crecimiento, pasando del 36% en 2023 al 65,9% en 2024. Sin embargo, el porcentaje de empresas que adquirieron nuevos bienes de equipo cayó ligeramente, del 74,6% en 2023 al 66,8% en 2024. Por otro lado, las mejoras en sistemas de gestión, especialmente en dirección y administración, también mostraron un incremento significativo. En contraste con el año anterior, las pymes industriales han dejado de liderar todas las categorías de innovación, lo que refleja una diversificación en la implementación de nuevas prácticas en otros sectores.