Las familias españolas destinan una media de 7 años de su salario bruto a la compra de una vivienda e invierten un 36% del total de sus ingresos durante el primer año a esta operación. Esta cifra, que en el último año se había colocado siempre por encima del 37%, encadena ya su segunda caída consecutiva. Los datos publicados por el Banco de España sobre el primer trimestre del años señalan que, en concreto, el esfuerzo de los españoles se sitúa en 7,1 años, al mismo nivel al que cerró el año 2023.
En los primeros tres meses del año, los hogares españoles destinaron un 36,1% de sus ingresos a la adquisición de una vivienda. Este porcentaje se sitúa entonces en su mínimo desde finales de 2022, cuando era aún inferior, del 34,8%.
Todo ello en un contexto marcado por las sucesivas subidas de los precios de vivienda, que si bien se han ido moderando mes a mes, no han dejado de incrementarse incluso cuando se sucedieron las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). En junio se inició el principio del fin del ciclo de austeridad monetaria dando comienzo a las bajadas de tipos, que abaratan la financiación hipotecaria.
Pese a haberse moderado ligeramente, el esfuerzo que tienen que hacer los hogares para adquirir una casa sigue por encima de lo que aconsejan numerosos organismos oficiales y expertos, que subrayan que la renta anual destinada a la adquisición de una vivienda no debería superar el 30% de los ingresos.
De hecho desde el segundo trimestre de 2022 este porcentaje se mueve por encima del 30%, alcanzando su máximo en este periodo (37,8%) en septiembre de 2023, coincidiendo con las subidas de tipos de interés por parte Banco Central Europeo (BCE) para contener la inflación.
Para medir el esfuerzo de los hogares el Banco de España tiene en cuenta las cuotas a pagar en el primer año tras la adquisición de una vivienda tipo financiada con un préstamo estándar por el 80% del valor del piso. De acuerdo con la serie histórica que maneja la entidad, que arranca en 1970, el mayor esfuerzo se registró en 1990 y 1991, cuando era necesario más del 72% de la renta anual disponible de un hogar medio.
Sin remontarnos tanto, en el tercer trimestre de 2008, coincidiendo con el estallido de la burbuja inmobiliaria que derivó en una fuerte crisis económica, las familias llegaron a necesitar casi el 55% de su renta el primer año. Así, entre 2007 y 2008 el porcentaje de renta que se destinaba superaba el 50%.
En los últimos años, desde finales de 2019 a comienzos de 2022, este porcentaje fue inferior al 30% aunque una década antes se movía por encima. Por el contrario, el mínimo esfuerzo se registró a mediados de 1999, con un 25,3%. El número de años se estabiliza pero sigue rebasando los 7 años Actualmente, para comprar una vivienda de tamaño medio en España se necesitan 7,1 años de renta bruta, la misma cifra que a cierre de 2023. Desde mediados de 2020 este periodo está por encima de los 7 años. Entre 2008 y 2011 se necesitaban más de 8 años y desde finales de 2006 a mediados de 2008, coincidiendo con el ‘boom’ inmobiliario, se requerían más de 9 años. A finales de 2007 se marcó un récord histórico con 9,45 años de salario bruto para adquirir una vivienda.
El mínimo, por su parte, se dio con 2,96 años en los tres primeros meses de 1987, año a partir del cual el Banco de España tiene registros de este indicador. Cabe recordar que en los tres primeros meses 2024, último periodo que maneja el Banco de España, el precio de la vivienda libre se encareció un 4,3% hasta los 1.865,8 euros/m2, el importe más elevado desde finales de 2009, según los datos publicados por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana.