«Esperamos que la inquietud se disipe a medida que se restaure la confianza por las medidas de apoyo a la liquidez de la Administración, las garantías implícitas y las evidencias de que el contagio no está afectando a los bancos de importancia sistémica», afirma la economista de Atradius Dana Bodnar.
El Silicon Valley Bank poseía el efectivo de casi la mitad de las empresas de nueva creación estadounidenses respaldadas por capital riesgo. Su desaparición provocará la restricción de las líneas de crédito de muchas empresas de tamaño medio en Silicon Valey y marca, posiblemente, el fin del modelo de capital riesgo que ha impulsado el desarrollo del sector durante la última década. Más allá de estos efectos directos, es previsible que el sector financiero se muestre más restrictivo en la concesión de crédito, ya de por sí condicionado por los elevados tipos de interés.
Las empresas se verán obligadas a elegir entre repercutir los nuevos costes financieros en sus precios finales o asumirlos a costa de reducir sus márgenes, lo que mermará su rentabilidad e impactará en su riesgo de crédito. Las empresas más apalancadas que necesiten refinanciar su deuda a tipos más altos y aquellos sectores que dependan de la capacidad para financiarse de las familias (como automoción, construcción, inmobiliario o consumo duradero), serán las más afectadas. Otros sectores como farmacéutico, químico, petróleo, gas, materias primas o metalurgia están teniendo un mejor desempeño.
Como reacción a la desaparición de Silicon Valley Bank y a la posterior crisis de Credit Suisse, las mayores ventas de valores bancarios fuera de Estados Unidos se han producido en países de la zona euro. Aunque los balances del sector financiero en Estados Unidos y la zona euro están más capitalizados que en 2008, los responsables políticos afrontan la difícil tarea de equilibrar la lucha contra la inflación con la ralentización económica y los crecientes riesgos financieros. El efecto inevitable del endurecimiento monetario es un crédito más caro para familias y empresas. Al mismo tiempo, las carteras de bonos pierden valor al subir los tipos por lo que los reguladores deberán vigilar el impacto de las subidas de tipos sobre los balances financieros.
Dada la fortaleza económica actual de Estados Unidos, Crédito y Caución considera poco probable que la Reserva Federal dé marcha atrás en su política monetaria y prevé un incremento de 25 puntos básicos. El Banco Central Europeo ya se adelantó con una subida de 50 puntos básicos el pasado jueves.