En un comunicado remitido por la compañía, se establece que la operación consistirá en una oferta primaria de acciones de nueva emisión por parte de Cox y tendrá por objeto captar aproximadamente 300 millones de euros de capital (incluida la opción de sobre adjudicación). En concreto, se espera que la compañía conceda esta opción por hasta el 15% del tamaño de la oferta. La colocación mínima para saltar a bolsa en España ronda el 25% del valor de la compañía, por lo que la capitalización inicial de Cox se situaría, como mínimo, en torno a los 1.200 millones de euros. La oferta se realizará a inversores cualificados e incluirá una colocación en EEUU dirigida a inversores institucionales cualificados.
La firma lanza, por tanto, su Oferta Pública Inicial (IPO), el proceso inicial de recaudación de fondos a través de la salida al mercado y se da un plazo que podría alargarse hasta 2026 para llevar a cabo la operación.
Riquelme y su equipo han diseñado una salida a bolsa a través de una oferta pública de suscripción (OPS), por la que los actuales accionistas no ejercitarían sus derechos en la ampliación de capital y verían así diluida su posición. El presidente ejecutivo de Cox, a través de Inversiones Riquelme Vives, es el mayor accionista con el 78%. Alberto Zardoya, con el 17,5%, y Hermandad Nacional de Arquitectos (HNA), con el 4,5%, completan el capital. Con una OPS por el 30% -el mínimo legal es por el 25%-, Riquelme conservaría la mayoría del accionariado.
Cox ha presentado hasta este junio unos ingresos que han superado los 109 millones de euros, que representan 95 millones más que un año antes. Por su parte, el resultado bruto (ebitda) llegó a los 23 millones de euros, con un margen sobre ventas del 21%, y el beneficio neto superó los 5,3 millones de euros, récord para la compañía. En el marco de esta oferta, la sociedad, y cualquiera de sus actuales accionistas distintos a Enrique Riquelme que inviertan en la oferta se comprometerán a determinados acuerdos de bloqueo durante un período comprendido entre la fecha de firma del contrato de aseguramiento y los 180 días naturales siguientes a la admisión a cotización y negociación en las Bolsas de Valores españolas.
Asimismo, Riquelme, a través de Inversiones Riquelme Vives y Lusaka Investments, aceptará determinados acuerdos de bloqueo durante un período comprendido entre la fecha de firma del acuerdo de aseguramiento y 365 días naturales, ambos inclusive, desde la admisión a cotización y negociación en las Bolsas de Valores españolas.
El consejo de administración de Cox también ha aprobado una remuneración extraordinaria en forma de acciones para determinados miembros de la alta dirección y determinados empleados clave de la sociedad, que también aceptarán determinados acuerdos de bloqueo durante un periodo comprendido entre la fecha de emisión de dichas acciones y los 365 días naturales siguientes a la admisión a cotización y negociación en las Bolsas de Valores españolas.
Banco Santander, BofA Securities y Citigroup Global Markets Europe AG actúan como coordinadores conjuntos globales de la oferta y JB Capital Markets, Sociedad de Valores, y Alantra son los coordinadores de la emisión.Asimismo, Banco BTG Pactual actúa como codirector de la emisión, Latham & Watkins es el asesor jurídico de Cox, y Clifford Chance actúa como asesor jurídico de los gestores, en tanto que Lazard actúa como asesor financiero independiente único de la oferta.
Como se recuerda, Cox compró en la primavera de 2023 los restos de Abengoa, la firma que cotizaba en el Ibex y cuya historia acabó en una subasta que desgajó los restos de la histórica compañía sevillana. La empresa de Riquelme fue el adjudicatario de los activos de la multinacional andaluza, que incluían a 32 filiales. Además de los activos, Cox fusionó también el nombre corporativo de la marca que fundaron Benjumea y Abaurre, al crear Coxabengoa. No obstante y, de cara a la salida a bolsa, la firma se deshizo de su apellido andaluz a finales de septiembre y pasó a denominarse tan solo Cox. Tampoco es la única experiencia de la firma en el parqué. Su filial Cox Energy cotiza en la bolsa de México desde 2020.
Riquelme y el equipo gestor han planteado a los inversores una estrategia por la cual el negocio del agua (integrada en la vertical Cox Water) pase de representar el 26% del ebitda a más de la mitad. Del mismo modo, también busca dar un impulso a los segmentos de servicios y transmisión de energía, para dejar atrás su dependencia de la generación (que, actualmente, representa el 66% del resultado bruto de la compañía). La IPO de Cox destaca con datos a cierre de 2023 una relación de deuda neta frente a ebitda de 1,8 veces; y una deuda neta ajustada de 0,2 veces ebitda. En este punto, el plan de la firma es lograr un apalancamiento neto con recurso que iguale la relación de la deuda neta ajustada con el ebitda ajustado (apalancamiento neto con recurso x1,0 Deuda neta ajustado/ebitda ajustado).