Las dudas en torno al sector bancario regional americano siguen pesando sobre los inversores que, tras el colapso de Silicon Valley Bank, se niegan a creen que el peligro ha pasado y han señalado al banco radicado a San Francisco como uno de los que afrenta mayores peligros. De hecho, este domingo, la agencia S&P ha rebajado su calificación crediticia a ‘B+’ desde ‘BB+’, después de reducirla a la categoría de basura la semana pasada.
«La infusión de depósitos de 11 bancos estadounidenses, la revelación de la compañía de que los préstamos de la Fed oscilan entre 20.000 millones y 109.000 millones de dólares y los préstamos del Federal Home Loan Bank (FHLB), que aumentaron en 10.000 millones de dólares, unido a la suspensión de su dividendo de acciones ordinarias nos llevan colectivamente a la opinión de que el banco probablemente estaba bajo un alto estrés de liquidez con salidas sustanciales de depósitos durante la semana pasada», han señalado desde S&P.
El jueves, un grupo formado por los once principales bancos de Estados Unidos salió al rescate de First Republic Bank, anunciando una inyección conjunta de 30.000 millones de dólares a través de depósitos no asegurados. Bank of America, Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo realizarán cada uno un depósito no asegurado de 5.000 millones de dólares, mientras que Goldman Sachs y Morgan Stanley depositarán 2.500 millones cada uno, y BNY-Mellon, PNC Bank, State Street, Truist y U.S. Bank harán lo propio con depósitos de 1.000 millones cada uno.
Al igual que ha ocurrido con la compra de Credit Suisse por parte de UBS por 3.000 millones de francos suizos y el apoyo del Gobierno del país, en el mercado sigue pesando el temor a que toda esta situación desemboque en una crisis financiera global.
Las medidas «deberían evitar el contagio a entidades sistémicas»
La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) ha extendido su impacto a los mercados financieros globales, aunque los analistas de Banca March esperan que las medidas tomadas tras la caída de la entidad, como la garantía para los depósitos y las iniciativas para mejorar la liquidez bancaria, se muestren efectivas, y consideran que «deberían evitar el contagio a entidades sistémicas».
Sin embargo, alertan de un encarecimiento en el coste del crédito «debido al mayor escrutinio de los bancos», que ahora están en el punto de mira tras las quiebras de SVB y Signature Bank, lo que hace que la evolución de la base de los depósitos se convierta en «una de las variables más relevantes, unida al porcentaje de bonos en cartera y sus posibles pérdidas no realizadas». Con todo, esperan que en el corto plazo los mercados sigan «tensionados». El seguimiento de los depósitos bancarios será más intenso en Estados Unidos, donde su mayor movilidad ha «reducido la base total de los depósitos en las entidades bajo supervisión del FDIC (Corporación Federal de Seguros de Depósitos) en lo tres últimos meses».
Sin embargo, consideran que esta tendencia debe enmarcarse en «un proceso de normalización tras el elevado exceso de ahorro acumulado durante la pandemia». El total de depósitos en el sistema se redujo en un 3,5% desde los máximos alcanzados en marzo del año pasado, comparado con el crecimiento del 37% registrado desde diciembre de 2019.
«Por tanto, a pesar de la reducción de los depósitos en el agregado del sistema, los niveles siguen siendo elevados», consideran, y añaden a los riesgos específicos en EEUU el ciclo de subidas de tipos de interés «más acelerado» y la existencia de un mercado «menos bancarizado».
Al otro lado del Atlántico, consideran que los datos agregados de la zona euro son «más sólidos», ya que «la tasa de crecimiento sigue siendo sostenida», con un incremento en enero del 3,4% interanual del conjunto de los depósitos en el sistema, en el que los hogares hacen crecer sus depósitos un 3,2%, mientras que las empresas avanzan un 4,1%.
Además, subrayan que la banca europea «presenta ratios de capitalización muy saludables», con un ratio de capital CET1 del 15% frente al 13,6% de las entidades norteamericanas. También destacan su mayor liquidez, por lo que reiteran su «visión constructiva» sobre los bancos del Viejo Continente.
La crisis bancaria desatada en EEUU ha encendido las alarmas sobre un posible endurecimiento excesivo por parte de la Reserva Federal, y desde Banca March señalan que «tras la mejora en los primeros meses del año, las condiciones financieras se han vuelto a tensionar en estas últimas jornadas, situándose en niveles que en el pasado han coincidido con recesiones económicas».
El deterioro de las condiciones financieras se produce en un momento en el que «el mercado de préstamos daba las primeras señales de freno», como indican las encuestas realizadas por el BCE y la Fed, que muestran que los bancos comerciales están ya elevando las restricciones aplicadas a la concesión de préstamos a empresas y hogares.
De cara al futuro, consideran que «la severidad de las noticias ha propiciado un brusco deterioro de las expectativas de subidas de los tipos terminales (75 pb menos la semana pasada)», y en Estados Unidos ya se descuenta únicamente una subida para alcanzar una cota del 5% en mayo, mientras que en Europa, «el tipo terminal se situaría en septiembre un poco más arriba del 3,25%». «De todas formas, consideramos que es pronto para dar casi por zanjadas las subidas de tipos ya que todavía quedan meses hasta que los bancos centrales puedan dar el problema de la inflación por concluido», valoran.
En este sentido, desde Banca March mantienen la recomendación de sobreponderar renta fija, como ya hicieran a principios de mes. «Seguimos defensivos, con preferencia por la deuda de más calidad y el grado de inversión frente al ‘high yield’. En duración continuamos favoreciendo duraciones cortas, en particular tras el fuerte rally». En lo que respecta a la renta variable, mantienen infraponderar «a la espera de las oportunidades que se puedan generar durante las próximas semanas», ya que «a pesar de las recientes caídas, las valoraciones no son lo suficientemente atractivas».