Pero deja muy claro la diferente cultura del riesgo existente entre los grupos y que explica la crisis de su hasta ahora principal competidor. De hecho, anuncia que transformará la banca de inversión de Credit Suisse en un negocio «light», en línea con lo que ya ha hecho UBSA. «No corremos tanto riesgo», avisa. «Estamos construyendo un UBS más grande con menos riesgo. Incluso después de la fusión, tenemos un buen índice de capital y un marco de apoyo del Banco Nacional de Suiza», subraya.
Hamers, insiste en que la absorción «significa que estamos devolviendo la estabilidad y la seguridad a los clientes de Credit Suisse. Pero también que defendemos la reputación del centro financiero suizo»
En un informe enviado a la plantilla de Credit Suisse (unas 50.000 personas) por el presidente de Credit Suisse, Lehmann, y el consejero delegado del banco, Körner, se reconoce que la fusión, que se completará antes de que finalice 2023, afectará a salarios y bonificaciones, y que implicará un ajuste de líneas comerciales y despidos.
«Trabajamos diligentemente para identificar qué roles podrían verse afectados. Cuando sea necesario, comunicaremos con las personas afectadas de acuerdo con las pautas y políticas específicas del país», señala el comunicado interno.