Así lo revela Business Insider Polonia, medio que asegura que el Ejecutivo dirigido por Tusk está buscando un acuerdo con el gabinete de Sánchez para adquirir la compañía con una importante inyección de fondos públicos o incluso en su totalidad.
En este sentido, hay al menos una compañía polaca analizando su posible entrada en el capital de Talgo, sin que por el momento haya formulado propuesta a la dirección del fabricante. Esa compañía cuenta con participación del Estado Polaco y ya ha establecido contacto tanto con la dirección del fabricante como el Gobierno español. La opción de que Talgo acabe en manos polacas llega después de que el Consejo de Ministros vetase su venta al consorcio húngaro Magyar Vagon, participado por el Estado de Hungría a través de su fondo de inversiones exteriores Corvinus y la empresa ferroviaria Magyar Vagon, cuyos empresarios son próximos al primer ministro magiar Orbán.
Posteriormente, los máximos accionistas de la industria española hicieron oídos sordos a la oferta de fusión e integración industrial lanzada por el grupo checo Skoda, alegando que no llevaba contraprestación dineraria. El fabricante de trenes centroeuropeo ha reclamado reunirse con sus homólogos españoles en varias ocasiones, sin haber logrado respuesta hasta el momento.
Coincidiendo en el tiempo con esos movimientos, el viceministro de infraestructuras del país, Malepszak, reconoció en la comisión de infraestructuras del Senado polaco su interés por pujar por el fabricante de trenes español. «El asunto está en nuestro radar», señaló, tras asegurar que estaba «muy comprometido con el tema».
En las últimas semanas, la coalición de partidos que conforman el gobierno polaco que lidera Tusk habría dado su visto bueno a la operación, según el señalado medio. La inversión se acometería con fondos públicos supervisados por el Tesoro del país, que cuenta con participación en varias industrias.
Pero para lograrlo necesita el apoyo del Ejecutivo de Sánchez. El Ministerio de Transportes no ha querido hacer comentarios al ser preguntado sobre si ha habido conversaciones con sus homólogos bálticos.
Polonia quiere que su nueva y flamante red de alta velocidad sea operada con trenes desarrollados en su propio territorio, algo a día de hoy imposible dado que sus fabricantes locales no cuentan con la capacidad ni los conocimientos necesarios para desarrollarlo. Sin ir más lejos, el país ha encomendado el diseño de esa red a la ingeniería pública española Ineco.
Aunque el nombre de la compañía que articularía la operación no ha trascendido, las miradas apuntan a Pesa como principal candidata, dado que la totalidad de su accionariado está en manos del Fondo Polaco de Desarrollo tras ser nacionalizada en 2018. La compañía se articula como un conglomerado dedicado a la fabricación de material rodante y tiene como competidor principal a su homóloga Newag, de capital totalmente privado.
Pesa selló hace tres semanas un Memorando de Entendimiento con Talgo que abre la puerta a la fabricación conjunta de trenes de alta y muy alta velocidad para Polonia. El objetivo sería presentarse conjuntamente a las licitaciones que el Gobierno Polaco tiene previsto sacar en 2025. Fuentes próximas a Talgo reconocieron que las conversaciones se prologaron durante más de dos años para preparar los fundamentos del concepto básico del vehículo y dividir las responsabilidades del proyecto. Sin embargo, distintas fuentes del sector ferroviario han interpretado el movimiento como un preacuerdo de cara a posibles movimientos corporativos a futuro. De hecho, el presidente de Pesa, Zdziarski, destacó que ambas «se complementan perfectamente». Su homólogo de Talgo, Carlos de Palacio, se limitó a asegurar que era una «colaboración preliminar» entre ambas.