Dicho esto, crece la sensación de que los responsables de la política monetaria pueden haberse centrado demasiado en el control de las presiones sobre los precios y no lo suficiente en la persistente fragilidad de la economía de la zona euro.
Dada la falta de datos económicos actualizados del bloque, los
inversores ponen mucho énfasis en los datos de los PMI para
evaluar el estado actual de la economía y hacia dónde se dirige,
y las cosas no pintan bien. A principios de septiembre, incluso
antes de la última reunión del BCE, se rebajó el PIB del segundo
trimestre, que apuntaba a una desaceleración y una expansión
de sólo el 0,2% intertrimestral. El índice PMI compuesto, muy
vigilado, ha descendido casi todos los meses desde junio y, en
septiembre, este índice se desplomó a territorio contractivo por
primera vez desde enero.
Lo que parecía improbable hace tan sólo unas semanas es ahora algo bastante esperado. El Banco Central Europeo va a acelerar el ritmo de su ciclo de relajación con otro recorte de los tipos de interés de 25 pb. el jueves, tras un recorte de la misma magnitud en septiembre.
A los datos «duros» no les ha ido mucho mejor, y se acumulan las pruebas de que la economía de la eurozona está perdiendo impulso antes incluso de haber cogido fuelle (los pedidos de las fábricas
alemanas, por ejemplo, han registrado en agosto su mayor caída desde enero). Las previsiones del BCE sobre el PIB se redujeron en septiembre, y la previsión de crecimiento del 0,8% para 2024 parece ahora optimista. Las noticias sobre nuevos estímulos en
China han aportado algo de esperanza, aunque los riesgos para el crecimiento siguen estando sesgados a la baja.
Este deterioro de las noticias económicas no habrá pasado desapercibido para el BCE. Varios miembros del Consejo de Gobierno han señalado que la de octubre será una reunión «viva», y el jefe del banco central francés, François Villeroy de Galhau, ha
declarado rotundamente que el banco probablemente recortará los tipos este mes. Incluso la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, que en septiembre sorprendió a los mercados con un mensaje de línea dura centrado en la preocupación por la inflación, ha insinuado un recorte. Afirmó que «los últimos acontecimientos refuerzan la confianza [del Consejo de Gobierno] en que la inflación volverá al objetivo en el momento oportuno», y añadió que «lo tendremos en cuenta en nuestra próxima reunión de política
monetaria de octubre».
Con la inflación por debajo del objetivo del 2% y la ralentización del crecimiento salarial en el bloque, existe un claro argumento para que el énfasis de la comunicación del BCE se desplace hacia la actividad económica. Aun así, creemos que Lagarde seguirá defendiendo el mantra de la «dependencia de los datos» y un enfoque de la política monetaria basado en las reuniones. Cualquier orientación clara sobre el calendario de futuros recortes sería una sorpresa, y sin duda causaría revuelo en los mercados de tipos y
divisas.
Los mercados dan por hecho un recorte de 25 puntos básicos esta semana, lo que significa que la decisión en sí probablemente no tendrá ningún impacto real en la moneda común. Por lo tanto, el interés se centrará en las señales que emita el banco en sus
comunicaciones. Será de especial interés el tono de las observaciones del banco sobre el estado de la economía de la zona euro y las perspectivas de crecimiento, ya que cualquier signo de una mayor inquietud entre los miembros podría indicar que el BCE está dispuesto a recortar los tipos a un ritmo más rápido de lo que los mercados prevén actualmente.
En la situación actual, parece muy probable que se produzca un tercer recorte consecutivo de 25 puntos básicos cuando el BCE celebre su próxima reunión en diciembre. Las dudas giran en torno al ritmo de los recortes en 2025. Mantenemos nuestra postura de
reducciones de tipos trimestrales, aunque cualquier insinuación por parte del BCE de que podría ser necesario un ritmo de relajación más agresivo para detener la ralentización de la economía del bloque podría pesar sobre el euro esta semana.
La decisión del BCE se anunciará este jueves a las 14:15 (CET), y la rueda de prensa tendrá lugar 30 minutos más tarde.