De nada valía la existencia de los EREs andaluces, ese enorme caso de corrupción de tamaño colosal, ese tema no entraba en la batalla como si los cientos de millones de euros no se los hubiesen llevado los socialistas, y lo mejor de todo es que esa estrategia les funcionaba,
El problema es que de golpe y porrazo aparecieron la señora, el hermano y el amigo fiel, el que le gestionó su llegada al poder, llenos de fango y ahí el guapo se quedó sin habla y necesito retirarse a pensar y decidir qué hacer con su vida y la de su familia. Paso el plazo y se lanzó contra todo lo que se había movido acusando a diestro y siniestro sin más argumento que la defensa de lo suyo, que no de los suyos.
Y claro, la mierda sigue subiendo y subiendo hasta impedir que muchos de sus muchachos y muchachas respirasen, entre otras cosas porque toda esa porquería confluye hacia él, que si sabía lo que pasaba y que incluso era implicado como nº1.
Ante este panorama, el acoso de la oposición y la desesperación y desplome de los suyos -que cara la de sus ministros en el Congreso- no ha tenido mas remedio que pedir perdón, pero se ha equivocado en el tomo y en la forma.
En efecto, Sánchez, afirmó durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados «lamentó» el «caso de corrupción» por el que está siendo investigado el exministro Ábalos y pidió «disculpas a la ciudadanía», y en ese mismo momento se acabaron las disculpas y paso al ataque despiadado contra el PP y Vox a quienes acusó de «tapar la corrupción» allí donde gobiernan.
Sánchez tildó de «caso de corrupción» la situación por la que se investiga al exministro Ábalos y justificó la actuación de su partido obligándole a abandonar el grupo parlamentario. «Aquí, en un caso de corrupción que yo lamento y por eso pido disculpas a la ciudadanía, actuamos desde el inicio, ellos lo que hacen es tapar la corrupción y alzar precisamente a la presidencia aquellos que tapan esa corrupción», dijo dirigiéndose a la bancada del PP.
Y con eso el presidente dio por terminado su ”mea culpa” que, salvando las distancias recordaba al lastimoso espectáculo que dio el rey Juan Carlos al pedir perdón por sus líos de cazarías acompañado de señora impresentable y que le ha llevado a un exilio forzado para tratar de salvaguardar la monarquía, hecho que parece haberse logrado gracias a la ejecutoria de su hijo el rey Felipe VI, sin el cual esa operación de reflotamiento no hubiese ido posible en tan poco tiempo.
El problema de Sánchez es que una “operación” se agota en sí misma, pero en ese mismo y dia que pasa, el fango irá en aumento, tal y como ha pasado cuando el líder socialista ha abandonado el hemiciclo a toda prisa porque llegaba la noticia de la apertura de causa en el Supremo contra su fiscal.
Es decir el cambio de estrategia ha quedado sepultado en el fango casi al instante. Sánchez tendrá que volver a buscar en su chistera otro conejo que le dure algo mas.