Pero lo más importante serán algunas consecuencias inflacionarias que podrían generar algunas o varias medidas que el mercado está intentando digerir tras los resultados de hoy.
Protección a las tecnológicas americanas: Trump vuelve a levantar la bandera de la protección a las empresas tecnológicas estadounidenses, una postura que parece diseñada especialmente para hacer frente a la competencia de China en sectores como los semiconductores. Este impulso puede traducirse en importantes beneficios para las gigantes de Silicon Valley y fabricantes nacionales que suministran piezas clave para el mercado tecnológico. Para los inversores, esto puede suponer una oportunidad en compañías de chips y tecnología avanzada que operen dentro de Estados Unidos. La expectativa es que esta tendencia a la «tecnología de casa» basada en el proteccionismo se mantenga sólida en el medio plazo, beneficiando principalmente a las empresas locales, mientras que se dificulta la entrada de competidores extranjeros.
Recortes de impuestos: Trump sigue su mantra de recortar impuestos, algo que muchos ejecutivos recibirán con los brazos abiertos. Las empresas obtendrían un respiro y verían crecer sus márgenes de ganancia en el corto plazo, algo que los mercados celebrarán con optimismo, entre otros motivos por eso vemos grandes subidas hoy en los principales índices, pero esta euforia momentánea debería calmarse en los próximos días de cara al posicionamiento estratégico que lleven a cabo algunos fondos e inversores.
Hablamos de euforia momentánea porque los recortes fiscales también elevan el déficit gubernamental (que por cierto, también planea aumentarlo de por sí), lo que a largo plazo puede suponer un viento en contra y llevar a un ajuste que termine afectando a las finanzas públicas. Los beneficios y la euforia a corto plazo pueden lucir bien, pero habrá que observar si el crecimiento económico logrado compensa el costo del déficit a largo plazo.
Combustibles fósiles: La industria del petróleo y el gas seguramente aplaude esta victoria. Con Trump en el poder, se espera que la presión sobre las energías renovables aminore y ofrezca un nuevo impulso renovador a los combustibles tradicionales como la industria de Oil & Gas. Para los inversores en commodities tradicionales que invierten en petróleo, gas y carbón, la expectativa es positiva, ya que se estiman menos regulaciones y una política que probablemente favorezca la inversión en infraestructura energética tradicional. Las energías limpias, sobre todo solares, podrían verse un poco menos atractivas, mientras que el oro negro sigue ganando terreno y podría volver a brillar.
Gasto en infraestructura: La promesa de invertir en infraestructura vuelve a la palestra, y eso pinta bien para sectores como la construcción, transporte y materiales. Si esta inversión se llega a concretar, veremos fuertes movimientos en acciones relacionadas con acero, cemento y logística. Esto podría convertirse en uno de los motores económicos durante el mandato de Trump, pudiendo generar muchas oportunidades para los inversores en empresas de construcción y transporte. Además, el gasto en infraestructura tiende a tener efectos multiplicadores, aumentando la demanda y el empleo en sectores relacionados, lo cual es un factor fundamental que mira muy de cerca el mercado.
Fed bajo presión: Trump presionará a la Reserva Federal para mantener los tipos de interés bajos, algo que suena un tanto ilógico ya que son mecanismos independientes entre sí, por lo tanto, es donde más incertidumbre puede llegar a haber en el corto plazo. Esto no es solo una jugada para estimular la economía; también significa un posible aumento de la inflación como colateral (además de aranceles y un aumento del déficit de forma genérica). Con una Fed posiblemente menos independiente y más alineada con la Casa Blanca (algo que todavía está por ver, pese a los rumores), podríamos ver tipos bajos más tiempo de lo estimado. A los inversores, esto les sugiere un escenario donde los activos con mayor riesgo sean más atractivos, es decir, un entorno con menor aversión al riesgo y un mayor posicionamiento en un escenario de risk on.
Aranceles y tensiones comerciales: Los aranceles vuelven a ser tema de conversación, y con ello, se intensifican las tensiones comerciales, especialmente con China, en donde se estima que la imposición de aranceles será la más alta al comercio exterior. Los precios de las importaciones aumentarían, afectando a empresas que dependen de insumos del exterior, y esto podría empujar también a la inflación. Las empresas locales que venden productos en EE.UU. tienen una ventaja competitiva en este caso, pero las compañías que importan productos (y, por ende, sus consumidores) podrían sufrir el impacto de unos costos más elevados. Nótese como nuevamente volvemos a mencionar factores que contribuirían a una mayor inflación…
China en el radar: Las tensiones con China no desaparecen, sino todo lo contrario, se espera que se intensifiquen en áreas como la inteligencia artificial, donde ambos países compiten agresivamente. Esto podría añadir una dosis de volatilidad geopolítica en los mercados (adicional a la que ya venimos viendo en los últimos meses). La relación tensa entre ambas potencias va a generar un entorno de inversión delicado en sectores relacionados con IA y tecnología avanzada, y aunque puede llegar a significar buenas oportunidades para quienes están bien posicionados en tecnología “made in the USA”, no deja de ser un reto importante que el mercado tendrá que digerir durante los próximos meses y años.
Criptomonedas en auge: El mercado venía anticipando una victoria de Trump, y con ello las subidas de Bitcoin vistas durante los últimos días. Ahora, con la victoria de Trump, el bitcoin se dispara todavía más y alcanza un máximo histórico superando el nivel de $75,000, impulsado por su promesa de convertir a Estados Unidos en una superpotencia de BTC y crear una reserva estratégica a nivel nacional. Este respaldo político hace que la criptomoneda se posicione como un activo de peso, y en un contexto de inflación creciente, muchos buscan en el BTC un refugio ante la incertidumbre. Para los inversores, esto abre una ventana en el sector cripto, especialmente para aquellos que buscan diversificación o cobertura.
En definitiva, vemos un mercado animado con la noticia, con el Dow Jones de industriales subiendo más de mil puntos intradía, lo cual no se suele ver a menudo y claramente habla de un escenario favorecedor para el mercado, al menos hasta la fecha. Las dudas, cuestiones o retos a los que deberá enfrentarse el mercado, y sobretodo Powell este día 7 de noviembre, es a los crecientes riesgos inflacionarios que el mercado está cotizando por el lado de los bonos. Hemos visto subidas en los rendimientos de casi todas las notas, justo en medio de una temporada de recorte de tipos, con otro recorte de 25pb previsto en las próximas 48 horas. Esta situación, algo anómala o contraintuitiva, junto a la subida del dólar, no hace más que reflejar el miedo subyacente del mercado a más presiones inflacionistas que acaben forzando a la reserva federal a subir tipos de interés, no en el corto plazo, pero quizá a medio plazo. Por otro lado, Powell deberá enfrentar una dura rueda de prensa a partir de ahora, con el enfoque de bajada de tipos ya asumido, y el nuevo enfoque: que las políticas de Donald Trump generen cierto nivel de inflación que pueda preocupar a la Fed y a los mercados. Por último, un gran reto que tiene Trump a partir de ahora es ver si su experimento de bajar tipos impuestos y aumentar el gasto público, será suficiente generador de crecimiento como para mitigar los efectos de un mayor déficit, que pretende ser compensado con las tarifas arancelarias que planea aplicar. Lo que el mercado descuenta, en cualquier caso, es un aumento generalizado de la inflación, justo cuando estábamos llegando a la línea de meta y objetivo del 2%. Sin duda, nos deparan meses y años muy interesantes e inquietantes para los mercados.