El presidente nº47 de los 50 Estados Unidos de América se erigirá como el salvador de una economía ralentizada con grandes desafíos por resolver. Las reacciones en los mercados han sido fuertes como en futuros y small caps americanas.
Es díficil como inversor no estar preocupado por el “ruido”, sin embargo, no tiene que ser una amenaza global. Me preocupa más el nivel de deuda de Estados Unidos que Trump haya ganado las elecciones. Además, históricamente hemos observado que «años de elecciones, años buenos para los mercados”.
Entramos en una nueva era, que afectará a las relaciones comerciales con medidas proteccionista. La nueva política de Trump será positiva para algunos sectores y mala para otros. La dependencia exportadora, sin duda, va a pasar factura. En cambio, es el empuje final de los criptoactivos, que se van a beneficiar considerablemente. Habrá que rotar carteras. Pero para una cartera diversificada con vista a largo plazo la influencia se diluye, aunque podemas encontrar ideas de inversión o desinversión. Por ejemplo, podemos intuir posibles amenazas para las tecnológicas que se podrían ver perjudicadas por cualquier declaración desafortunada de Trump.