Se trata de una de las conclusiones del informe que ha elaborado para analizar los resultados del tercer trimestre, unas cuentas que muestran de manera general una rentabilidad «sólida» incluso en un periodo, el de verano, donde la actividad suele ser «débil». La firma explica que los resultados de los bancos en el tercer trimestre se impulsaron gracias al volumen de nueva producción, especialmente en el negocio hipotecario, y por las menores provisiones y pérdidas por activos no financieros. Además, mejoró la calidad de los activos gracias a la reducción tanto de préstamos morosos como en vigilancia especial.
De esta forma, DBRS cree que la rentabilidad a cierre de 2024 será «incluso mejor» que la observada en 2023 gracias a los mejores volúmenes de préstamos, a la subida de tipos, a la gestión «proactiva» del margen neto de interés y la menor contribución al fondo de garantía de depósito (FGD) y al fondo único de resolución (FUR). Sin embargo, señala que las inundaciones que han asolado parte de Valencia podrían traducirse en mayores provisiones por riesgo crediticio, así como en un cierto deterioro de la calidad de activos por aumento de préstamos en ‘stage 3’ y ‘stage 2’, e incluyendo las reestructuraciones. Cree que la economía de la región se verá resentida durante algún tiempo por los «daños y pérdidas significativos» sobre inmuebles e infraestructuras.
Según sus cálculos, los bancos más expuestos a toda la provincia de Valencia –no solo a la zona afectada– son Cajamar y Sabadell, seguidos por Bankinter y CaixaBank. Sin embargo, cree que todas estas entidades tienen una «fuerte capacidad para generar beneficios» lo que les permitirá absorber las potenciales pérdidas.