Como segunda economía mundial, China representa alrededor del 10% del comercio internacional, el 16% del PIB global y el 17% de la demanda mundial de petróleo. Dado su tamaño, Crédito y Caución prevé que las repercusiones de la evolución de su economía afecten a mercados en todo el mundo. Los sectores de materias primas, material eléctrico, maquinaria, química, metales básicos y TIC son los que podrían verse más afectados por una desaceleración china prolongada.
Los problemas económicos de China se ven agravados por la prolongada caída del mercado inmobiliario, que ha registrado el mayor descenso de precios de la última década. La confianza de los consumidores y las empresas sigue siendo baja, el desempleo juvenil preocupantemente alto y los cambios sociales profundos, con una tasa de natalidad en descenso y una población envejecida.
La respuesta de la Administración a la evolución de los indicadores económicos es el mejor indicativo de la gravedad de la situación. En septiembre, el banco central anunció una bajada de los tipos de interés, hipotecas más baratas y fondos extra para proyectos locales de inversión, un paquete de medidas que supondrá un alivio a corto plazo, pero no aborda los problemas estructurales de la economía china ni estimulará la demanda. Las economías y sectores con fuertes vínculos con China deben prepararse para el impacto de su aterrizaje.
Crédito y Caución prevé un aumento del 23% de las insolvencias en la región Asia-Pacífico en 2024, debido principalmente a la ralentización del crecimiento chino. Economías como Taiwán, Singapur, Australia, Malasia, Vietnam y Corea del Sur son las más expuestas por el peso de sus exportaciones al gigante asiático. La revolución económica china arrastró a millones de ciudadanos a la clase media y creó una demanda de bienes sin precedentes que las empresas de estos mercados vecinos han satisfecho. Esa clase media sufre ahora una crisis de confianza que se está dejando sentir en la región Asia-Pacífico.
Los países de Europa, África y América Latina también podrían sufrir impactos significativos. La Unión Europea está especialmente expuesta a una interrupción de la cadena de suministro, ya que China es su principal proveedor de insumos críticos como microchips, piezas de turbinas o productos químicos. Además, China es el mayor socio comercial del África subsahariana, donde los países que exportan petróleo al mercado asiático están especialmente expuestos. Otros mercados como Rusia, Chile, Sudáfrica, Brasil y Australia, proveedores clave de materias primas a China, ya están notando el impacto de la crisis inmobiliaria y la caída del sector manufacturero.
De acuerdo con las estimaciones publicadas por la aseguradora de crédito, el impacto de la evolución de China podría restar entre medio punto porcentual y un punto al crecimiento de estos mercados. Esta sacudida podría reducirse si se produjese una respuesta más contundente de la Administración china, con la aprobación de estímulos fiscales que contemplasen recortes de impuestos, subsidios o transferencias directas de efectivo para estimular la demanda.