El déficit y la deuda cerraron el año pasado por debajo de las metas del 5% y del 115,2% previstos por el Gobierno en su último cuadro macroeconómico pese a la crisis inflacionaria y a que el Banco Central Europeo (BCE) pisó el acelerador con la subida de tipos desde julio pasado.
Lo ha avanzado este miércoles García Andrés, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, durante una conferencia ‘Análisis de la economía española: situación actual y retos de la política económica’, organizada por el Consejo General de Economistas. Los últimos datos de ejecución presupuestaria publicados por el Ministerio de Hacienda apuntaron a que el desequilibrio en las cuentas del conjunto de Administraciones Públicas (excluidas las entidades locales) se situó en noviembre en el 1,89% del PIB, lo que supone una reducción de casi el 60% en relación al mismo periodo de 2021. En lo que respecta al pasivo nacional, se situó en el 115,6% del PIB en el tercer trimestre, según el Banco de España.
«El compromiso del Gobierno y de la política económica con la reducción del déficit de la deuda ha sido inquebrantable durante todo este tiempo y para 2023 es muy importante mantenerlo, independientemente del calendario electoral», ha zanjado García Andrés al ser preguntado por un posible incremento del gasto público por parte de las administraciones en pleno año electoral. Bruselas mantiene suspendidas las reglas fiscales (la obligatoriedad de ceñirse a los objetivos de déficit y deuda) a lo largo de este año y hasta 2024. Algo más de margen con el que la Comisión Europea confía en que los gobiernos puedan capear los efectos de la subida de precios y de las consecuencias de la guerra en Ucrania.
El ‘número dos’ del Ministerio de Asuntos Económicos también ha defendido las previsiones del Ejecutivo para este año incluidas en el último cuadro macroeconómico. Un cálculo que contempla un avance del PIB del 2,1%, por encima del que auguran el Banco de España, la Comisión Europea o el Fondo Monetario Internacional para nuestro país. «No solo no ha perdido verosimilitud o solidez, sino que que la ha ganado», ha apostillado.
Economia sostiene que la inflación mantendrá una senda de moderación los próximos meses y que la subyacente, que excluye de su cómputo los elementos más volátiles, alcanzará su pico a lo largo del primer trimestre. La subida de los precios va a seguir siendo uno de los retos este año, según García Andrés, quien ha incidido en que España no puede confiarse pese a registrar la tasa anual de IPC armonizado más baja de la Eurozona en enero, del 5,8%. «No nos tenemos que confiar, porque la inflación es un enemigo muy temible».