Además Aldama ha asegurado ante el instructor del caso que conoció a Pedro Sánchez en un acto del PSOE al que le pidieron «que fuese» porque el presidente del Gobierno quería conocerle, «hablar» con él y «darme las gracias» por lo que hacía. «Me tienen informado», le dijo Sánchez, según Aldama. Una declaración que coloca una vez más al Ejecutivo socialista en el punto de mira, por el presunto fraude de las mascarillas, pero de boca de un implicado de manera directa.
El empresario ha confesado el magistrado Ismael Moreno de la Audiencia Nacional que fue el presidente del Gobierno, quien decidió que Koldo García fuera asesor del exministro Ábalos. De la misma manera, el cabecilla de la trama ha relatado con un sinfín de detalles cómo fue realmente la visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, el 20 de enero de 2020.
Aldama, en concreto, ha explicado a Su Señoría que inicialmente estaba previsto que Koldo trabajara en el gabinete de Presidencia del Gobierno. Sin embargo, Sánchez, nada más llegar a La Moncloa tras ganar la moción de censura, pidió que el asesor trabajara con Ábalos en el Ministerio de Transportes. Según la investigación que ha llevado a cabo durante los últimos meses la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Koldo figura en todas las derivadas del caso. Hasta el momento, el asesor ha sostenido en sede judicial que todo su incremento patrimonial está justificado.
De acuerdo con el testimonio prestado por el presunto comisionista, también el número dos del PSOE y secretario de organización tras la salida de Ábalos del cargo, Cerdán habría cobrado «15.000 euros» para «compensarle» por una «licitación que se ganó».
Una supuesta red de ‘mordidas’ que, fueron organizadas a través de un «sistema de cupos» del que, según la declaración de Aldama, se benefició el jefe de gabinete de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, Moreno Medina tras presuntamente lograr el aplazamiento de una deuda de la empresa Pilot Real Estate con la Agencia Tributaria, antes de que se produjese un embargo de la misma.
La mercantil estaba siendo requerida para un pago y, ante la imposibilidad de conseguir el aval que se le exigía para ampliar el vencimiento de la vía ejecutiva, buscó la intervención de Moreno que, siempre según lo declarado por Aldama, obtuvo su objetivo. Si bien, «en un principio no se habló» de contraprestación alguna, «dos meses después, Carlos me sugiere que debería tener un detalle», ha sostenido el empresario de la trama. Se fija el pago en «25.000 euros» que, sin embargo, Aldama se niega a materializar. Esta circunstancia provocará que Koldo, efectúase la entrega material del efectivo, se encuentren en un bar próximo a Ferraz.
El empresario revela también que en el viaje que la vicepresidenta de Venezuela, Rodríguez, realizó en enero de 2020 había planeado una cena con el presidente del Gobierno, Sánchez. Además, a la comida asistirían el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la vicepresidenta de Hacienda, María Jesús Montero, y el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa. Según fuentes presentes en la declaración, no sólo el Ejecutivo estaba enterado del plan de viaje, sino que tras el pronunciamiento de Juan Guaidó como presidente encargado se le pidió que interviniera en la relación con Venezuela porque el país «se sentía traicionado». El empresario señaló que el exministro de Transportes Ábalos le hizo una carta de invitación a Delcy en diciembre de 2019 y a partir de ahí comenzó a planearse el viaje. La vicepresidenta venezolana confesó a Aldama que esperaba que no estuvieran jugando con ellos.
Aldama ha afirmado que se le pidió que intercediera él con Venezuela mejor que la ministra [se entiende que la de Exteriores, Arancha González Laya] «que no sabe dónde tiene la mano derecha e izquierda». Tanto Sánchez como el ministro del Interior, Grande-Marlaska, conocían el viaje y Delcy les advirtió de que tenía una sanción. «Todo el mundo lo sabía». En la agenda se incluía, asimismo, una reunión con la entonces Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, y con otros empresarios. «No era un viaje privado de Delcy, precisamente», indican fuentes presentes en el interrogatorio.
Así, le organizaron el alquiler del chalé en El Viso que aparece en el sumario del ‘caso Koldo’ además de una reunión con el ministro y otra a nivel secretaría general del PSOE. Koldo García, asesor de Ábalos, le dijo que el Ministerio del Interior había mandado al CNI y a la Policía a revisar la casa antes de la estancia.
Cuando ya está volando, a Aldama le piden que contacte con el avión y que avise de que la vicepresidenta va a ser detenida. Pero él no lo consigue y el comboy termina aterrizando en la Terminal 1 Ejecutiva. Su relato prosigue con la historia que ya es más o menos conocida, que Delcy es conducida a una sala del Aeropuerto en un operativo especial para que no pise territorio español. En esas cinco horas se llamó a la ministra de Defensa, Margarita Robles. El empresario ha añadido que «las maletas no llevaban oro».