«Si dejásemos que la economía libre de mercado funcionase a su absoluto libre albedrío hay algunos sectores que por su propia naturaleza tienden a la concentración y, por tanto, al oligopolio, y si los dejásemos, al monopolio», ha indicado el ejecutivo durante su intervención en un acto organizado por la Cámara de Comercio de Madrid.
«Hay un debate muy importante encima de la mesa, que es hasta qué punto se debe respetar el libre albedrío de los accionistas y hasta qué punto se tienen que preservar algunos intereses que van más allá de los meros accionistas», ha puntualizado González-Bueno. El CEO del Sabadell ha recordado que el deber subsidiario del consejo de administración y del banco no es solo defender los intereses de los accionistas. También tienen que considerar «otros elementos de interés y de bien común».
«La OPA no es buena para España, no es buena para Banco Sabadell, no es buena para sus clientes y no es buena para los accionistas», ha afirmado el directivo. González-Bueno ha vuelto a insistir en que la oferta presentada por BBVA no cuenta con un precio adecuado y que la prima ofrecida «ha desaparecido completamente».
Sabadell tiene previsto distribuir entre sus accionistas para 2024 y 2025 unos 2.900 millones de euros entre dividendos y recompras de acciones. Eso «no es equiparable a lo que pueda hacer el BBVA», ha incidido González-Bueno, recordando que la distribución propuesta equivale a repartir entre los accionistas cerca de un tercio del valor del banco.
A este respecto, hay que recordar también que ‘El Mundo’ publicaba que el director de Relaciones Institucionales y Seguridad Corporativa de Banco Sabadell, Echevarría, habría facilitado a asociaciones de consumidores o empresariales modelos de presentación para personarse ante Competencia, lo cual generó la protesta del banco vasco. «De ser cierta esta información, consideramos que esta conducta incita a la personación de terceras partes con el objetivo de entorpecer y alargar el proceso de autorización regulatoria e impedir el éxito de la oferta a los accionistas, vulnerando así el deber de pasividad y desvirtuando el interés legítimo de las partes para personarse».