La ampliación de la línea 5 (L5) de Metro de Madrid entre la estación de Alameda de Osuna y el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas es uno de los mayores proyectos que tiene en marcha el Ejecutivo de la capital para potenciar las prolongaciones del suburbano madrileño. Para llevarla a cabo, el Gobierno de Díaz Ayuso sacó a licitación el pasado julio un contrato cercano a los 210 millones de euros para encargar las obras al mejor postor.
El contrato despertó especial interés entre las grandes constructoras del país, que presentaron sus credenciales para participar en el proyecto, en su mayoría, a través de uniones temporales de empresas (UTES), comunes en este tipo de contratos para unir fuerzas entre varios grupos. Las autoridades regionales dieron hasta el pasado 13 de septiembre para presentar las solicitudes, que han seguido analizando hasta este jueves.
Según consta en los pliegos, las obras arrancarán a principios del próximo año, con un plazo de ejecución de 36 meses, de modo que se extenderán hasta 2028 previsiblemente. Esta ampliación, de 1,7 kilómetros, permitirá viajar sin trasbordo desde Carabanchel hasta el aeródromo madrileño, y contempla la conexión con la Línea 8 del suburbano, donde se establecerá una estación de intercambio. Se trata de una de las líneas más demandadas por los usuarios, con más de 17 millones de viajeros al año.
Su partida se enmarca dentro de los Presupuestos autonómicos para 2025 que presentó recientemente la consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Albert. Para estas obras, y la extensión de las líneas 3 y 11 de la red del suburbano, la Comunidad de Madrid cuenta con el respaldo del fondo europeo de desarrollo regional (FEDER 2021-2027). El Ejecutivo madrileño contempla una inversión de casi 300 millones de euros de los 3.290 millones que dispondrá la cartera de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, un 6,4% más que en el ejercicio anterior.