La novela tiene dos grandes escenarios: Berlín y New York y otras ciudades americanas circunstanciales. Comienza en Berlín y acaba en Berlín ocupando un periodo que va desde 1945 al acabar la II Guerra Mundial, donde los sectores de la ciudad están todavía comunicados, hasta 1961 y la separación con la construcción del Muro, es decir los años de la llamada Guerra Fría y la división de Alemania. A su vez en Estados Unidos está en plena efervescencia el conflicto racial y las profundas diferencias entre blancos y negros y la “caza de brujas” de los comunistas americanos.
Los personajes son tres: Victoria, que es la que lleva todo el peso del relato, su hermana Rebeca y su hija Heydi muy pequeña todavía y Norton, que es un americano que está en Berlín sirviendo a los intereses de su país y que acaba por enamorarse perdidamente de Victoria. Y por otra parte los rusos comunistas que están presentados en toda su malicia y que la autora procura describir con claridad la actitud ambiciosa de Stalin y los métodos de la policía de la Alemania ocupada por los rusos y la KGB.
Victoria es una mujer inteligente con una gran voz con la que se gana la vida en el Kasandra y da de comer a su hermana y a su hija, con claridad en la mente, sufridora, es decir retratada como una auténtica heroína; a la vez es una reconocida física, discípula de un celebre profesor que vive en el Berlín Oriental y que tiene unos microfilms que serán el origen de toda la tragedia. Su hermana, humillada desde siempre, sin cualidades especiales y adueñada de su sobrina, que caerá en manos de los rusos obcecada por la envidia de su hermana y que llevará a la ruina a toda la pequeña familia. La descripción de Berlín es muy viva y muestra el conocimiento de Sánchez-Garnica de la ciudad, así como los detalles históricos de la época tanto referidos a Alemania como a Estados Unidos.
Otra cosa es la historia de Norton, abogado de origen alemán, aunque norteamericano, un hombre bueno y justo. Una vez más es una historia dentro de otra historia. Si Victoria sufre con los comunistas de Berlín, Norton sufrirá por la falta de justicia americana y su política de segregación humillante de la población negra, el Ku kus klan, el poder de los ricos y la comisión sobre el comunismo.
La autora sabe construir una buena historia, de muy agradable lectura, bien documentada y muy a gusto de un público que espera que el mal sea vencido por el bien y que el final sea siempre positivo.
Victoria
Paloma Sánchez-Garnica
Planeta (2024)