Así, la compañía dirigida da por Jainaga ha explicado que no se trata de una operación «de vida o muerte» para el grupo siderúrgico. Sobre la opinión del actual accionariado de la empresa ferroviaria en torno a su entrada, fuentes de la compañía vasca han explicado que «si los accionistas actuales no nos quieren en Talgo, nos retiraremos para no gastar inútilmente tiempo y energía»
La oferta de Sidenor para comprar el casi 30% del capital de Talgo en manos de Trilanitic a un precio de 4 euros por acción supondría una valoración de 150 millones para esta participación y de unos 500 millones para el conjunto de la compañía.
Es una cantidad sustancialmente inferior a los 5 euros por acción (185 millones por el 29,9% y 620 millones por el 100%) ofertados por la húngara Ganz Mavag (Magyar Vagon), que en marzo lanzó una opa por la totalidad del capital, vetada finalmente en agosto por el Gobierno español por razones de seguridad nacional. Sin embargo, la oferta se sitúa por encima de los 3,52 euros a que cerraron las acciones de Talgo en Bolsa este pasado viernes. Los ejecutivos de Sidenor han tenido acceso a información sobre Talgo hace tan solo una semana, y ahora están en proceso de análisis de esa documentación (‘due diligence’) después de que el acuerdo de confidencialidad se firmara hace casi dos meses, el pasado 16 de octubre.
Talgo es una empresa estratégica para el país, aunque necesita un esfuerzo considerable de inversión y de estructuración industrial, dicen las mismas fuentes, que añaden: «estamos convencidos de que en buenas manos puede tener un futuro brillante». Trilantic tiene su participación sindicada con la sociedad de la familia Abelló (Torreal) y con una participación de los Oriol, la familia fundadora de Talgo, en un vehículo, Pegaso, que controla en conjunto el 40%. Este pacto de accionistas vence a final de año y dejaría las manos libres a Trilantic para deshacer su posición en solitario.
Otras fuentes cerca de la negociación critican que los accionistas del constructor ferroviario hayan dilatado el acceso a la información durante casi dos meses y que la alta dirección de Talgo no facilite la operación. También ponen el foco en que unos de los máximos ejecutivos de Trilantic, Javier Bañón, esté buscando «desesperadamente» otras ofertas para meter presión sobre el precio que ofrece Sidenor. Al tiempo, Trilantic estaría intentando que el Gobierno «suavice» las condiciones de la multa de Renfe, que ha sancionado a Talgo con 116 millones de euros por los retrasos en la entrega de los trenes Avril, porque entiende que tendrá un efecto negativo sobre el precio de la transacción.
Tanto el Gobierno central como el Ejecutivo vasco han expresado su respaldo a esta operación. El primero destaca que puede ser una solución solvente y dar estabilidad a Talgo y el segundo apoya la entrada de Sidenor si se mantiene su arraigo en Euskadi y se impulsa el empleo.