Un año después de instalarse en la Ciudad Condal, con 17 años, ya vendía camisas hippies, muy de moda en esos años, a diversas tiendas de Barcelona. Andic compraba las camisetas a 450 pesetas (2,7 euros) y las vendía por el doble de precio, a 900 pesetas (5,4 euros).Con 18 años, recorría España en su coche vendiendo abrigos que hacía tejer en Afganistán, y en 1984 abrió su primera tienda en el Paseo de Gracia de Barcelona, y fundó Mango. En solo un año ya contaba con cinco tiendas en Barcelona y otra en Valencia: por aquel entonces tenía 32 años. Hoy Mango es el rival más serio de Inditex en el mercado de la moda española.
La fórmula del éxito era simple: un producto con aspecto exclusivo, no excesivamente caro y que la producción masiva no banaliza. Andic fue un hombre que hasta muy consolidada su posición rehuyó la notoriedad.
Sus primeras fotos datan de 2006 y se las hicieron en una junta del Banco de Sabadell, del que fue vicepresidente, pero a partir de entonces su proyección se disparó hasta llegar a presidir el Instituto de Empresa Familiar. Actualmente era patrono de la Fundación Princesa de Asturias y de la Fundación Princesa de Gerona. En 2012 designó a su hijo, Jonahtan, sucesor al frente de Mango. Su carrera, el éxito y el esfuerzo le llevaron a ser una de las grandes fortunas del mundo, con un patrimonio de casi 5.000 millones de euros y a competir con Sol Daurella (Coca-Cola Europacific Partners) por el liderazgo entre las grandes fortunas catalanas. En el último año el patrimonio de Andic había crecido en 1.800 millones de euros hasta convertirse en la quinta fortuna española.
En marzo de este año recibió de manos de Su Majestad el Rey Felipe VI el premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial. En el momento de recibir el premio la figura de Andic fue glosada por Manuel Pérez-Sala quien dijo del fundador de Mango que «con su trabajo, su esfuerzo, capacidad de innovación y visión estratégica, ha sido capaz de construir una empresa ejemplar».Andic, en su réplica, dijo: «Espero que el ejemplo de Mango sirva para fomentar el espíritu emprendedor entre la juventud y la aspiración de ayudar a crear prosperidad para muchas personas y familias y servir a la sociedad». Andic cerró su intervención de esta manera, que quizás resume su vida: «Con más iniciativas y más empresarios estoy convencido de que nuestro país será más fuerte, estará más unido y nuestra sociedad será mejor».
Andic encontró una desafortunada muerte haciendo lo que más le gustaba, además de trabajar: estar en contacto con la naturaleza, en un lugar único, a los pies de la montaña de Montserrat. No en vano, era un amante de la náutica y el esquí.