Así lo señaló la portavoz del Ejecutivo Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado 28 de noviembre quien, pese a ser interrogada hasta en tres ocasiones, no concretó si las actividades atribuidas a la ayudante de Gómez, Cristina Álvarez, están dentro del tipo de funciones «de organización, logísticas y de asesoramiento».
Según consta en la causa instruida por el juez Peinado contra Begoña Gómez, por presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo, Cristina Álvarez solicitó fondos a empresas para la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva que dirigía la mujer de Sánchez. Además, la asistente realizó gestiones con la Universidad Complutense de Madrid mientras Gómez codirigía un máster, tal como queda reflejado en varios correos electrónicos que forman parte de la causa. Por estos hechos, el juez Peinado la ha llamado a declarar como testigo el próximo viernes 20 de diciembre.
Álvarez ya acudió a comparecer en la comisión de investigación en el Senado sobre todas las ramificaciones del llamado ‘caso Koldo’, pero se acogió a su derecho a no declarar al estar judicializada la causa por la que se le interrogó.
Ahora fuentes de Moncloa admiten abiertamente que Cristina Álvarez asistió a la mujer de Sánchez en sus actividades particulares y lo defienden. En este sentido recurren a la comparación con el ayudante de la mujer del expresidente Mariano Rajoy que según indican, le ayudaba en temas personales del día a día como compras en tiendas de ropa. De este modo ponen en cuestión que la manera de actuar de la mujer de Rajoy sea más adecuado que el de Gómez.
Las fuentes consultadas, además, restan importancia a las gestiones realizadas con empresas privadas y con la UCM y consideran que no constituyen ninguna irregularidad, en línea con lo que viene defendiendo el Gobierno, que repite que el tiempo pondrá las cosas en su sitio y demostrará que no hay caso. Apuntan además a la falta de regulación sobre el papel del cónyuge del jefe del Ejecutivo y se quejan del excesivo escrutinio al que, a su juicio, se viene sometiendo a Gómez. En este sentido, ironizan al señalar que quizá se debe decidir que la mujer del presidente del Gobierno no viva en La Moncloa.
En la misma línea sostienen que el hecho de contar con asistentes es común en todas las democracias y apuntan que existen países que tienen diez veces más asesores de este tipo de los que hay en España.