En octubre, las ventas interiores de las grandes empresas (deflactadas y corregidas de efectos estacionales y de calendario) avanzaron a un ritmo del 4,7% interanual (0,7% en términos intermensuales), el mejor dato en lo que llevamos de año. El avance de las ventas interiores fue generalizado por destino, destacando el aumento de las ventas de capital del 5,2% interanual (vs. 2,3% del 3T). Asimismo, las ventas al exterior crecieron a mayor ritmo que las importaciones (6,4% interanual vs. 4,3% interanual, respectivamente). En cuanto al empleo, la remuneración salarial media por empleado ralentizó el ritmo de crecimiento hasta el 3,5% interanual frente al 4,1% interanual del 3T.
La inflación en España en noviembre repunta por la electricidad. La inflación general se situó en el 2,4% interanual en noviembre (0,6 p. p. más que en octubre) y la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) en el 2,4% interanual (0,1 p. p. menos que en octubre). El repunte de la inflación se concentró en los componentes más volátiles como la energía: la inflación del componente energético revirtió su caída hasta situarse en el 2,9% interanual (vs. –3,7% interanual en octubre), por la subida de la inflación de la electricidad (19,8% interanual, 11,8 p. p. más que en octubre). En términos intermensuales, el componente eléctrico del IPC aumentó un 4,9%. Por otro lado, la inflación núcleo (que excluye alimentos y energía) se situó en el 2,5% interanual, mientras que la inflación de los alimentos volvió a caer hasta el 2,0% después del pequeño repunte de octubre .
Pese a la sorpresa positiva que supuso el dato del PIB del 3T en la eurozona, en diciembre recorta en 0,1 p. p. el crecimiento estimado para 2024 hasta el 0,7%. Además, anticipa para los próximos años una recuperación más suave de lo esperado: reduce 0,2 p. p. su previsión de crecimiento para 2025 hasta el 1,1% y rebaja 0,1 p. p. su estimación para 2026 hasta el 1,4%. El BCE señala que la recuperación que se anticipa se explica por una demanda interna más dinámica, gracias a unas condiciones monetarias más laxas, al tiempo que el desembolso de los fondos NGEU seguirá apoyando el crecimiento en los próximos años. También confía en una recuperación de las exportaciones a lo largo de 2025, pero esta hipótesis se basa en el supuesto de que no haya cambios en los aranceles globales, lo que introduce riesgos a la baja a sus previsiones, dados los avisos de subidas de aranceles por parte de Trump. Respecto a la inflación, se muestra más confiado con su evolución en la primera mitad de 2025 que en su informe anterior y adelanta un trimestre, hasta el 4T 2025, el momento en que la inflación general converja al 2,0% interanual. Para la inflación núcleo, el BCE anticipa una lenta corrección durante la primera mitad de 2025, si bien desde finales del próximo año ya se estabilizaría en torno al 2,0%. En este escenario, los salarios y los costes laborales, después de dos años de crecimiento elevado, moderarán significativamente su ritmo de avance a partir de 2025, mientras que los márgenes empresariales se recuperarán de forma gradual, tras caer en 2024.
El jueves, el BCE bajó los tipos de interés en 25 p. b. (decisión unánime y esperada) y dejó el depo en el 3,00%. En adelante, el BCE reiteró que no se compromete con ninguna senda futura de tipos y que seguirá tomando decisiones «reunión a reunión» y según evolucionen los datos, pero el tono de la reunión apunta a más bajadas de tipos en los próximos meses. En primer lugar, el BCE ha eliminado la referencia que daba un sesgo restrictivo a su comunicación sobre la política monetaria (en concreto, ya no señala la intención de «mantener los tipos en terreno suficientemente restrictivo»). Además, algunos miembros plantearon la posibilidad de que la bajada de tipos de diciembre fuera de 50 p. b. En segundo lugar, las nuevas proyecciones del BCE para la eurozona dibujan unas perspectivas de crecimiento de PIB y de inflación ligeramente inferiores. El BCE sigue pronosticando un mayor empuje de la actividad económica (PIB +0,7% en 2024 y +1,1% en 2025), pero reconoce una pérdida de vigor en los últimos indicadores y prevé que esta redinamización sea ahora más lenta. En cambio, los últimos datos de precios han reforzado, en su conjunto, la confianza del BCE en el descenso final de la inflación al objetivo del 2% en 2025. Y, por último, el BCE mantiene un balance de riesgos negativo para el crecimiento, mientras que, respecto a la inflación, la propia Lagarde remarcó que la lista de factores bajistas va engordándose. Con todo ello, los mercados cotizan otra bajada de tipos el próximo enero (con una probabilidad significativa de que sea de 50 p. b.) y apuntan a más recortes en la primera mitad del año, dejando un depo estable en el 1,75% a lo largo del segundo semestre de 2025