No es el primero, ni será el ultimo de este tipo de personajes que intente salir de los atolladeros d su gestión, ocultando la verdad y, manipulado los acontecimientos para que no le perjudiquen, al menos teóricamente. Pero ese es un error propio de los perdedores.
Y es que cuando uno tiene que recurrir continuadamente a ese tipo de actuaciones es porque ese político esta en la plataforma de salida, en el final de su carrera política y no sabe como salir del atolladero.
El caso de Sánchez es además peculiar, porque no solo recurre a la mentira en la ultima fase de su vida profesional, sino que lo ha estado haciendo desde sus inicios y eso es lo que le ha generado una fama de mentiroso e incumplidor que sus actuales socios han terminado por percibir con claridad y de ahí que en estos momentos sus problemas se hayan multiplicado. Porque, en estos momentos los grandes problemas del Ejecutivo se centran básicamente en la falta de apoyos en votaciones y aprobaciones parlamentarias claves de muchas de las actuaciones comprometidas con uno y otros.
Y es que Sánchez con tal de mantenerse en el poder asegura y promete a los socios que necesita en cada momento, todo lo que le piden. Luego cuando los intereses de unos son contrarios a los de otros llegan los problemas y claro, la primera cuela, la segunda también, pero a la tercera llegan los problemas. El mejor ejemplo de ello es el impuesto energético que incluso tras saber que no cuenta con los apoyos parlamentarios necesarios ha sido aprobado vía decreto para que nadie pueda decir que el Gobierno no cumple, aunque la promesa sea ya de por si imposible.
Como si con eso no se perdiese credibilidad ni votos; de cualquier forma cada uno sabe que es lo que le funciona y a lo mejor las próximas elecciones, por fin, las gana.