La fecha elegida es precisamente la víspera del día marcado para que se produzca el relevo presidencial en Venezuela, cuando el dictador Maduro deberá traspasar el poder a Edmundo González, quien logró una aplastante mayoría en las elecciones celebradas el pasado 28 de julio.
Si el relevo se produjera en Venezuela con normalidad democrática, la Casa del Rey no habría tenido ningún problema en mantener la fecha habitual de la recepción al Cuerpo Diplomático. Pero si Maduro se aferra al poder el día 10 de enero y se niega a traspasar el poder al presidente electo, Zarzuela tendría un problema, y eso es lo que trata de evitar adelantando la fecha.
A la Casa del Rey le corresponde invitar a los embajadores extranjeros que están acreditados en España. Hasta el próximo día 10 de enero, la embajadora de Venezuela en Madrid es Gladys Gutiérrez, nombrada por Nicolás Maduro y que presentó sus cartas credenciales al Rey el pasado 16 de mayo. Sin embargo, a partir del 10 de enero cualquier contacto con el régimen de Maduro -incluso, invitar a su embajadora a un acto oficial- supondría reconocer su legitimidad, a pesar de que fue derrotado en las elecciones democráticas del 28 de julio.
Hasta ahora, todo parece indicar que el Gobierno de Pedro Sánchez va a ignorar la opinión del pueblo venezolano y va a respaldar al régimen de Maduro. De hecho, el Gobierno se ha apresurado a renovar al embajador para tener nombrado a uno afín al régimen, Albacete, antes del 10 de enero. Y seis meses después de las elecciones, se resiste a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.
Aunque el Gobierno de Sánchez dirige la política exterior, la Casa del Rey sí puede manejar los tiempos a su favor. Y, al adelantar la fecha de la recepción al Cuerpo Diplomático, Zarzuela ha evitado tener que invitar a la embajadora venezolana una vez consumado el golpe a la democracia, si es que finalmente se consuma. Un efecto colateral del adelanto de la fecha es que algunos embajadores estén de vacaciones de Navidad y no les dé tiempo a regresar a España para estar presentes en la recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio Real.