No fue hasta junio cuando el Banco Central Europeo aprobó la primera bajada casi dos años después de empezar a subirlos -en julio de 2022- y esto ha provocado una caída en el registro de operaciones.
Los datos recopilados por iDeals reflejan un recorte del 5,5% en el número de transacciones este ejercicio. En concreto se han dado 1.929 operaciones hasta la tercera semana de septiembre, frente a las 2.041 del año anterior. Corresponden a los sectores de inmobiliario, energía, servicios, consumo, deportes, banca, gestión de activos, ‘tech’, telecomunicaciones, media, NPL y aseguradoras.
El sector inmobiliario lideró la actividad con 532 operaciones en 2024, en comparación con las 609 del curso pasado, lo que equivale a una bajada del 12,64%, mientras que el sector servicios bajó de 344 a 363 operaciones, con un recorte del 5,23%. «La caída se debe a factores como el aumento de la inflación y los tipos de interés, que han afectado la confianza de los inversores. Sin embargo, se prevé una reactivación moderada en 2025, impulsada por una posible estabilización económica y un ligero crecimiento en la inversión inmobiliaria, explica Seb Montoya, director de Ventas para el sur de Europa y Latinoamérica de Ideals.
En la misma línea se muestran desde PwC. En la XXII edición del informe Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2025, elaborado en conjunto con Urban Land Institute (ULI), la consultora destaca que el sector mantiene unas perspectivas «moderadamente optimistas» sobre la evolución del mercado el próximo año, mientras mantiene el foco en la sostenibilidad y en los negocios operativos, como los centros de datos. La inestabilidad geopolítica, junto con el aumento de la regulación y los costes de construcción siguen siendo motivo de preocupación, según la firma. Asimismo, el informe subraya que la gran mayoría de los actores de la industria -compañías inmobiliarias, fondos, inversores institucionales y entidades financieras- espera que la confianza empresarial y los beneficios se mantengan o aumenten en 2025, gracias a la mayor previsibilidad proporcionada por la estabilización de los tipos de interés y de las valoraciones de los activos. Muchos ‘lenders’ (entidades de crédito, financiadores alternativos…) dicen estar «listos para hacer negocios», pero se muestran cautelosos sobre las condiciones y costes de los préstamos, lo que podría traducirse en una recuperación lenta, incierta y repleta de altibajos, según el estudio. «El creciente optimismo en torno a los flujos de capital en Europa podría desvanecerse rápidamente si los eventos geopolíticos en la región desencadenan otro repunte de la inflación y obligan a subir los tipos de interés», advierten en el análisis.
Por otra parte, desde Homety auguran un futuro «prometedor» para las fusiones y adquisiciones en el sector inmobiliario, aunque también alertan de los retos que enfrenta. A juicio de la compañía, la «incertidumbre» económica global, los cambios en la política monetaria y las nuevas regulaciones podrían afectar la dinámica de nuevos acuerdos. Aun así, sostienen desde la plataforma digital de oferta de vivienda que la tendencia hacia la consolidación parece «imparable», con empresas buscando crecer cada vez más mediante adquisiciones estratégicas.
La energía es otro de los grandes atractivos para los inversores pero estos están empezando también a ser más precavidos ante los distintos desafíos que presenta el mercado. Factores como la volatilidad económica global, incluidas las fluctuaciones en los precios de la energía, generan incertidumbre entre los inversores, llevándolos a adoptar una postura más cautelosa. Otra causa importante puede ser el aumento en la competencia y el cambio hacia energías renovables, reduciendo así las oportunidades de transacciones tradicionales en sectores como el petróleo y el gas. Por su parte, dentro del sector energético, las compras de megavatios renovables se han sucedido este año es lo que más abunda. De este modo, los activos solares fotovoltaicos siguen siendo el principal interés de los inversores pese a que se viene dudando de su rentabilidad tras el derrumbe de los precios de la electricidad y las sucesivas horas a coste cero en el mercado mayorista. Fuentes del sector avisan de que bajo un escenario en el que no se recupera la demanda eléctrica habrá «importantes consecuencias» para la rentabilidad de los activos renovables, sobre todo para los que no están sujetos a retribución regulada ni tienen firmado un contrato de compraventa de energía a largo plazo, lo que se conoce como PPA. Otro hándicap es la falta de una visión regulatoria para el almacenamiento. De hecho, se da la paradoja de que es la tecnología que menos ingresos genera pero más rebaja la factura de la luz.