La mejora del pronóstico tiene que ver con los nuevos datos de PIB publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y con una aceleración de la economía en la segunda mitad del año mayor de lo esperado. Dicha revisión al alza se produce pese a que la DANA que golpeó varias zonas del país en octubre lastrará ligeramente la actividad, restando entre una y dos décimas de crecimiento al PIB del trimestre en curso.
La subida de los precios, por su lado, continuará moderándose hasta dejar la tasa de inflación del IAPC (índice armonizado de precios de consumo) en el 2,9% de media anual en 2024, para seguir reduciéndose a lo largo de los próximos años.
Actividad Los indicadores disponibles que ya ofrecen información sobre el cuarto trimestre apuntan a que la economía continuará avanzando a un ritmo robusto, que podría alcanzar el 0,6% o el 0,7% intertrimestral. Los datos sugieren que las empresas esperan un aumento de su facturación que, junto con los datos de empleo y consumo, sería coherente con esa fuerte tasa de crecimiento. De nuevo, la incertidumbre alrededor de esta estimación es especialmente elevada por la DANA.
Inflación
La moderación de la inflación entre agosto y octubre ha sido más acusada de lo previsto, pese al repunte también esperado del dato de noviembre —subió al 2,4%, frente al 1,8% de octubre—. Contribuyó a este descenso la bajada del precio de los alimentos —que se frenó en octubre, al levantarse la rebaja del IVA—, mientras que la caída de los precios de la energía de finales del año pasado ha provocado que, en comparación, dicho componente suba este final de año. La inflación subyacente —como mencionamos, el indicador de precios que no tiene en cuenta los de la energía y los alimentos por considerarlos más volátiles— continúa su descenso como estaba previsto, aunque a un ritmo más suave. En noviembre registró una tasa interanual del 2,5%, con los precios de algunos sectores, como la restauración y el turismo, subiendo todavía a un ritmo elevado, pero menor que en los últimos meses.
Empleo
Los trabajadores afiliados a la Seguridad Social aumentaron en octubre a un ritmo más rápido que en el tercer trimestre, pero esa velocidad se moderó en noviembre. En cualquier caso, las dinámicas que ha seguido el mercado de trabajo auguran un comportamiento similar al del trimestre anterior. Destaca el crecimiento del empleo en el transporte, la hostelería y las actividades financieras y, de nuevo, entre los extranjeros. En total, los trabajadores ocupados se incrementaron en 433.300 personas en los tres primeros trimestres del año, de las que el 85% eran extranjeras, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.
Déficit
El déficit público —la diferencia entre los ingresos y los gastos de las Administraciones Públicas, cuando el resultado es negativo— podría situarse este final de año por encima del 3% del PIB. El déficit baja, entre otros motivos, porque los gastos de las Administraciones Públicas han aumentado a un ritmo inferior al que han subido los ingresos hasta septiembre —al 5,8% de enero a septiembre, frente al 6,6%, respectivamente—. Sin embargo, el déficit podría crecer en medio punto de PIB (0,5%) entre este año y el próximo a consecuencia de las ayudas por la DANA, impacto que sería menor si se financian con recursos procedentes de los fondos europeos. Este repunte no afectaría a la evaluación de las autoridades europeas al tener carácter extraordinario. Área del euro La economía del área del euro sigue mostrando signos de debilidad. Creció un 0,4% en el tercer trimestre, dos décimas más que en el trimestre anterior y por encima de las previsiones, gracias al tirón del consumo y la inversión. Sin embargo, los datos disponibles apuntan a un frenazo en la actividad este último trimestre, aunque se recuperaría en los próximos. Con todo, la incertidumbre ha llevado a los bancos centrales del área del euro a revisar sus previsiones de crecimiento para el conjunto de países hasta el 0,7% en 2024, el 1,1% en 2025 y el 1,4% en 2026 (una, dos y una décima menos que en la anterior previsión, respectivamente). Al igual que en España, en el área del euro la inflación se está relajando conforme a lo previsto. Del mismo modo que sucede con el PIB, los bancos centrales han revisado a la baja su previsión de inflación en 2024 y 2025 hasta el 2,4 y el 2,1%, respectivamente, en parte por los menores precios de la energía